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La señora María Elvira Canchola llegó a la calle Añil y Río de la Piedad, llorando. Vio la coladera donde sus hijas murieron, ya tapada y soldada. Se hincó frente a ella y exclamó: “¡Mis hijas, mis hijas!”.
Ahí permaneció, con la fragilidad que dejan al descubierto unas lágrimas, un llanto que cuestiona y pide explicaciones. Dos semanas despues, en la zona, ya hay alumbrado público, mientras que las letras de la alcaldía Iztacalco son visibles en la tapa de cobre que ahora cubre la coladera donde fallecieron sus hijas.
“Déjenme un momento con ellas”, pidió María luego de que amigos y familiares oraran.
Venían de blanco para marchar por Esmeralda y Sofía, para exigir justicia. “Esto es negligencia, les pido a los padres que se toquen el corazón, que nos ayuden para que se pueda hacer justicia”, insistió.
En donde ambas jóvenes perdieron la vida la noche del 10 de noviembre a la salida de un concierto musical, los asistentes a la marcha les dejaron flores y veladoras, así como lonas que reclamaban justicia.
Caminaron por el Eje 3 Morelos hasta Congreso y después Eje Central. Ingresaron hacia la colonia Doctores hasta la Fiscalía General de Justicia (FGJ) capitalina. Ahí un servidor público externó el apoyo por parte de la institución, pero la madre de Sofia y Esme fue contundente: “¿Por qué tenemos que venir a exigir para que nos escuchen?”.
Después, caminaron hasta el Congreso de la Ciudad de México, donde los diputados panistas se colaron en la parte trasera de la manifestación y hasta corearon las consignas. Gabriela Salido se tapaba el rostro cuando la grababan y Héctor Barrera dejó de gritar consignas cuando vio que este diario lo grababa.
María Elvira Canchola ingresó al salón de plenos, escoltados por diputados del PAN; la legisladora Daniela Álvarez pidió que se le permitiera a la madre de las menores fallecidas el uso de la palabra desde la tribuna.
Gerardo Villanueva, quien fungía como presidente de la Mesa Directiva, titubeó un poco y, tras recibir el visto bueno de las diputadas de Morena, permitió, sin someter a votación, que María Elvira Canchola hablara desde la máxima tribuna del Congreso capitalino.
“Les pido encarecidamente, como una madre a quien le arrebataron la vida, pues mis niñas eran mi vida, les pido por favor que se haga justicia. Quiero creer que la justicia de verdad existe, quiero que todas las personas que tuvieron culpa para que mis niñas pasaran lo que están pasando, sean castigadas acorde a la justicia”, expresó con voz entrecortada por el llanto.
“Mis niñas eran la luz de mi casa, la luz de mi hogar, se destruyó una familia por una negligencia”, declaró.
Los familiares de Esmeralda y Sofía fueron recibidos por una comisión de diputados de todos los partidos, ahí firmaron un acuerdo en el que los diputados se comprometieron a darles acompañamiento permanente, una reunión con la fiscalía capitalina y con la Comisión de Atención a Víctimas de la Ciudad de México.
Con información de Omar Díaz
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