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“Le faltan libros a la biblioteca”, fue la expresión de Claudia Sheinbaum Pardo al entrar por primera vez a las oficinas de la Jefatura de Gobierno luego de haber ganado las elecciones del año pasado.

En 2013, el entonces jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, decidió remodelar sus oficinas y salones contiguos, en los cuales se colocó una mesa rectangular de madera junto a una pantalla plana, escenario que solía utilizar para reuniones con invitados y el gabinete o hacer transmisiones por Facebook.

En ese mismo espacio, en el primer piso del Antiguo Palacio del Ayuntamiento, se habilitó la biblioteca, en la que también se colocaron una serie de vitrinas en las que se exhibían los premios ganados por el Gobierno capitalino.

Ayer, los estantes lucían vacíos, sólo se mantenía vigilante el busto de Benito Juárez y cinco premios arrinconados en una mesa. Dos salas de piel y seis sillas de madera.

Tras la salida de Mancera, José Ramón Amieva asumió el cargo y desde entonces tuvo claro que sólo serían ocho meses de mandato, por lo que evitó apropiarse del espacio.

Los antiguos radios y la colección de presidentes miniatura, hechos de plastilina, que lo acompañaron en las oficinas de la Consejería Jurídica, así como las secretarías de Desarrollo Social y de Gobierno, en esta ocasión no lo hicieron.

Los siempre fríos pasillos del Antiguo Palacio del Ayuntamiento pasaron de la nostalgia y la despedida al desfile de gobernadores, como si se alistaran para recibir al pueblo.

El lunes recibieron por última vez a todos los integrantes del gabinete legal y ampliado, quienes departieron con el todavía jefe de Gobierno. Se despidieron.

Ayer, los gobernadores comieron con los jefes de Gobierno saliente y entrante; se tomó la última foto oficial en la que aparecerá Amieva.

Claudia Sheinbaum anunció que con su llegada al cargo, el Ayuntamiento será abierto al público.

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