“Terminé de quitar la ropa, y en la última [prenda] que jalé se escuchó ¡pum!, una que, en mi vida, nunca había escuchado”, describe Miguel Flores, quien vive en el número 39 de la calle Panaderos, a unos metros de la vecindad de tres niveles que colapsó por la explosión que se registró la noche del viernes y que dejó dos muertos, un hombre mayor y un menor de edad, además de 25 heridos, 21 de ellos con contusiones menores y crisis nerviosas.

A Miguel, la fuerza de la explosión lo tumbó. Los vidrios de su casa, que está en una planta baja, se rompieron e incluso una de las piezas lo hirió, pero no de gravedad.

Cuenta que se puso muy nervioso y pensó en su esposa y nieta que habían salido a comprar un atole. Por ello de inmediato se levantó, apagó la luz, cerro el paso del gas y se fue a la calle, donde encontró a su familia.

Se cimbró el piso y se sintió un soplo de aire raro: vecinos de vecindad de Morelos
Se cimbró el piso y se sintió un soplo de aire raro: vecinos de vecindad de Morelos

Tal es el caso de Leticia González, quien dice que su hermana vivía en la casa siniestrada ubicada en el número 56 de dicha calle, pero hasta ayer no sabía todavía sobre su situación porque el aérea está acordonada por policías y militares que en sus vehículos muestran pancartas del Plan DN-III-E.

La Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil (SGIRPC) reportó que cuatro personas estaban hospitalizadas, pero después la fiscalía capitalina informó que eran 10.

Leticia comenta que la explosión, que de acuerdo con las autoridades hasta el momento apunta a que se debió a la acumulación de gas LP, cimbró todo el piso y “se sintió como un soplo de aire raro”.

En un recorrido realizado por esta casa editorial por las inmediaciones de la zona siniestrada, se observa que las vallas y la vigilancia policial impide el acceso a la vivienda donde fue la explosión, pero se alcanza a notar la presencia de peritos.

La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJ-CDMX) abrió una carpeta de investigación por los delitos de homicidio culposo, daño a la propiedad y lesiones, ambos culposos, pero acotó, se está allegando de más elementos para la indagatoria.

El ingreso a la calle de Panaderos sólo se le permite a vecinos que mostraban una identificación oficial que comprobara que vivían en esa zona.

Noche que no olvidarán

El viernes 13 de noviembre, a las 22:35 horas, los vecinos de la colonia Morelos escucharon un estruendo que en minutos generó la presencia de decenas de policías, ambulancias, bomberos, pues ocurrió una explosión ocasionada por la acumulación de gas LP en el inmueble compuesto por tres torres de tres niveles cada una y con nueve departamentos oficiales, uno acondicionado y dos locales comerciales.

De acuerdo con la SGIRPC, una torre quedó colapsada, la otra, parcialmente, y la tercera no sufrió daño mayor.

La jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum Pardo, informó que las primeras pruebas de la explosión descartan que se trate de un posible atentado y más bien fue por la acumulación de gas.

Mientras para la señora Laura Monserrat, quien realizaba las últimas labores del hogar antes de irse a la cama, recuerda que cuando ocurrió la explosión no se imaginó la magnitud; sin embargo, asegura, fue algo que jamás va a olvidar.

“Yo estaba en la zotehuela cuando se escuchó la explosión, de inmediato entré a ver a mi hijo y se quejaba de un dolor en el oído por el zumbido”.

El señor Jorge y su familia quedaron en shock por el incidente, pensaron que se trataba de un temblor, como en 2017.

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