Las mujeres volvieron a tomar las calles con fuerza y hartazgo por la , por las desaparecidas, los feminicidios y la falta de justicia en el país.

Paseo de la Reforma fue el centro de la protesta en donde mil 500 mujeres, de acuerdo con las autoridades, marcharon hasta el Zócalo capitalino.

El saldo fue de 17 mujeres lesionadas (11 mujeres policías, cinco manifestantes y una servidora pública), quienes fueron atendidas por personal del Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas (ERUM). Sin embargo, la marcha se desarrolló prevaleciendo la exigencia de justicia y que se acabe la violencia que sufren.

La marea feminista inundó Paseo de la Reforma. Arrasó todo, de tal forma que el bloque negro pasó a segundo plano. Tuvo que inmiscuirse entre el contingente para replantear acciones, pero no logró captar la atención.

“¡No más violencia contra las mujeres!”. “¡No es venganza es justicia, no es venganza contra el Estado!”. “¡Queremos vivir en un mundo civilizado, sin violencia contra las mujeres!”, gritaron las manifestantes en la conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

Desde las 15:30 horas un contingente de 100 mujeres salió del Monumento a la Revolución para integrarse a la marcha que salió del Ángel de la Independencia.

A las 16:00 horas, negocios ubicados en el corredor Francisco I. Madero, 16 de Septiembre y 5 de Mayo, alistaron el cierre ante el paso de los contingentes.

Se apoderan de las calles ante hartazgo
Se apoderan de las calles ante hartazgo

Alrededor de las 16:53 horas el primer contingente entró por Eje Central y 5 de Mayo. Era el colectivo 8M que estuvo resguardado por elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC).

Una vez que las manifestantes se organizaron para dejar que las madres de víctimas de feminicidio encabezaran la marcha, las mujeres iniciaron la caminata.

A su paso, integrantes del bloque negro, identificables por acudir encapuchadas, con martillos, mazos, piedras o lo que encuentran a su paso, vandalizaron negocios, estaciones del Metrobús, señales viales, semáforos y protagonizaron forcejeos y confrontaciones verbales con las policías que vigilaban la protesta, pero sus acciones no trascendieron.

Al llegar a la glorieta de las Mujeres que Luchan, antes glorieta de Colón, los contingentes hicieron una pausa para interpretar Canción sin miedo, de Vivir Quintana. Exigieron justicia para las víctimas de feminicidio y gritaron diversas consignas.

Algunas marcharon con el torso desnudo, otras iban de la mano de sus hijas pequeñas o de las hijas de sus amigas, con sus parejas o sus madres. Todas decían sentirse seguras entre ellas.

A las 18:00 horas las madres de víctimas de feminicidio entraron al Zócalo capitalino donde ya las esperaba un templete frente a Palacio Nacional.

Una a una comenzaron a dar testimonio de sus casos, algunos atorados en los Ministerios Públicos y en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), exigieron justicia y sentencia a los culpables de las muertes de sus hijas.

Se apoderan de las calles ante hartazgo
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Elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana las repelieron detonando un par de cohetones y con extintores.

Como respuesta, algunas manifestantes aventaron otros cohetones a las policías; sin embargo, las jóvenes no lograron tirar el cerco de Palacio Nacional.

Llegaron al Zócalo capitalino alrededor de las 17:00 horas, entre humo morado y consignas de alto al feminicidio y fin al asesinato de mujeres en México.

Michel Chávez, de 28 años, fue víctima del padre de su hija. Hace un año y ocho meses su expareja la aventó del cuarto piso y le provocó una fractura en la cadera y la pérdida de una pierna.

Se apoderan de las calles ante hartazgo
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“Me han puesto una serie de excusas que por la pandemia. Es muy importante alzar la voz. Yo creo que hasta que lo vives o estar cercano a un caso, te llega realmente al corazón”, afirmó.

El bloque negro arremetió hasta este punto contra las uniformadas, quienes en Palacio Nacional respondieron arrojando cohetes para replegar a las mujeres encapuchadas, quienes no cedían ante las agresiones.

Sonaron más de tres explosiones por cohetes hasta que poco a poco se retiraron, una a una, mientras las madres víctimas de la violencia continuaban ofreciendo posicionamientos.

Se apoderan de las calles ante hartazgo
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