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“Mira, yo vengo del Estado de México y desde que me bajo del camión esto está encapsulado. Hay muchísima contaminación aquí y en toda la Ciudad, pero obviamente se concentra en lugares donde hay más vehículos, como aquí en el Centro”, dijo Roxana López, quien transita a menudo por el Centro Histórico, y afirmó que la diferencia en la calidad del aire es palpable debido a la contaminación.
La Autoridad del Centro Histórico presentó el Plan Integral de Manejo del Centro Histórico de la Ciudad de México 2023-2028, donde se encuentra un apartado que hace referencia a la prevención y control de la contaminación atmosférica, y específica que las dos áreas con mayor nivel de contaminación son Bellas Artes y el Museo de la Ciudad de México.
Durante un recorrido que realizó EL UNIVERSAL por este último punto, se observó una alta afluencia de vehículos particulares, motos y camiones de transporte, así como una gran cantidad de transeúntes, incluso personas fumando marihuana en una pequeña zona de tolerancia frente al museo.
En el plan integral se indica que la calidad del aire en el Centro Histórico depende en gran medida de la generación de contaminantes producto del transporte comercial, ya que muchos viajes cruzan esta zona o confluyen en la misma, además de ser una zona de gran movilidad con numerosas oficinas y comercios.
Según datos de las estaciones de monitoreo de la Red Automática de Monitoreo Atmosférico (RAMA) y la Red Manual de Monitoreo Atmosférico (Redma), los contami nantes que se encuentran por encima de lo permitido por normas nacionales e internacionales en estas dos zonas son el ozono y las partículas pm 10 y pm 2.5.
“Yo soy extranjera, pero conozco México desde hace 22 años y he notado cómo esta vía [Eje Central y avenida Juárez] cada vez se ha hecho más congestionada (...), la contaminación ha aumentado aquí, ya sea por los autos, el ruido, etcétera”, afirmó Penélope.
Ella eside en México desde hace 22 años dijo que en inmediaciones del Palacio de Bellas Artes, a ciertas horas del día, se puede sentir la contaminación en el aire e incluso el color de la luz cambia.
“Sí, hay veces que hay como una bruma, tú notas como una especie de filtro, de hecho la luz se ve como más amarilla y peor ahora que está el clima muy seco”, explicó.
A un costado del palacio, el ruido de los grandes camiones de transporte, que dejan largas humaredas negras a su paso, se mezcla con el bullicio de la gente mientras cientos de personas cruzan desde avenida Juárez hasta Madero.
De acuerdo con el Plan Integral de Manejo del Centro Histórico, el ozono mostró una tendencia ligeramente mayor en Bellas Artes. Las emisiones durante abril y mayo aumentaron en los últimos años, con valores que van de 20 a 44 partes por billón (ppb).