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Desde 2001, José Trinidad Guzmán se encarga de elaborar el vestuario de los personajes principales de la Pasión de Cristo en Iztapalapa. Inició con el traje de la Virgen María; ahora se encarga de las vestimentas de Jesucristo, la Virgen María, la samaritana, seis apóstoles, seis criados, cinco damas de Claudio, el rey Herodes, la Virgen de la Soledad y la Virgen del Pésame.
“Empecé haciendo el traje de la Virgen María y al comité le gustó mucho, después me mandaron a hacer otros y así consecutivamente hasta que en 2002 me encargaron los personajes principales y también la caracterización de Jesucristo”, comenta.
Trini, como le dicen sus amigos, familiares y conocidos, es originario del barrio San Miguel y su taller está ubicado a unas calles de la estación del Metro Cerro de la Estrella.
Refiere que es diseñador y se encarga de hacer vestidos de 15 años, bodas y otros eventos sociales, además trabajó como caracterizador en una televisora; sin embargo, el trabajo que realiza para la presentación de los pasajes bíblicos lo hace como donación y no cobra un peso.
Después de conocer los nombres de los que interpretarán a los personajes en enero, comienza el trabajo para Trini. Toma medidas y comienza a definir la vestimenta de cada uno. Tan solo en el caso de Jesús tiene que preparar seis trajes distintos.
“Comenzamos a finales de enero, ya de ahí, dependiendo de los personajes, determino el tiempo para planear qué trajes se van a hacer y ver cuántas personas me van a ayudar. En esta ocasión fueron cuatro, porque la Semana Santa cayó en abril, pero cuando cae en marzo, somo más, porque no da tiempo”, cuenta.
Asegura que pese a que cada año todos los personajes son los mismos, desde hace 18 busca dar un toque diferente a cada personaje cambiando desde las telas hasta el corte.
“Trato de que cada año sean diferentes [el vestuario] al año que pasó para que la gente que venga vea que no es el mismo traje; cada año trato de innovar en las telas, en el diseño y hasta en los colores”, dice.
Tradición familiar. Desde pequeño Trini disfrutaba de la representación, pues vive a un kilómetro de la sede de la alcaldía Iztapalapa y al ser originario de uno de los ocho barrios de la demarcación, su familia participa en esta tradición de 176 años, por lo que le emociona participar con su trabajo.
Mientras realiza los últimos arreglos a la ropa con su máquina de coser, relata que cada uno de los trajes tiene un grado de dificultad, por lo que han llegado a trabajar más de 12 horas al día.
Asegura que los más sencillos son las túnicas y el más difícil el de la Virgen de la Soledad, por el tipo de tela.
Las prendas las tuvo listas desde el sábado pasado para el Domingo de Ramos. Señala que ahí no termina su trabajo, pues debe estar cerca de Jesús para retocar la barba, el bigote, o ajustarle la peluca.