Desde hace 26 años, han sido protegidos en el Parque Nacional Desierto de los Leones, en la alcaldía Cuajimalpa, con el objetivo de reintegrar esta especie a su hábitat natural de manera paulatina.

Pese a que los linces, lobos y osos son sus depredadores naturales, los humanos son quienes los cazan para utilizarlos como trofeos para conseguir su piel y cuernos. No obstante, el objetivo del venadario de Cuajimalpa es protegerlos.

Su conservación se realiza en dos etapas. La primera consiste en un proceso de readaptación en un espacio de alrededor de una hectárea, para posteriormente ser reubicados en una zona confinada de preliberación de poco más de 11 mil metros cuadrados, en donde cuentan con riachuelos y alimento, sin el peligro de sufrir ataques de depredadores.

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EL UNIVERSAL recorrió el venadario, el cual es único en la Ciudad de México, y si bien esta especie no está en peligro de extinción se busca repoblar la zona y que la gente pueda convivir con ellos sin que sean presas, ya que el objetivo es liberarlos totalmente en un futuro.

“El proyecto data desde 1997, consistía en tenerlos en un área confinada de 800 metros cuadrados, y ahora pasó a 11 mil 200 metros cuadrados, con un costo de 3 millones de pesos, pues la idea es que se vayan adaptando a la vida silvestre e ir subsistiendo por sus propios medios, ya que en un futuro se busca que se puedan liberar totalmente a la vida silvestre del Parque Nacional Desierto de los Leones”, dijo Carlos Zarza Segura, director general de Sustentabilidad de Recursos Naturales y Áreas Protegidas de la alcaldía Cuajimalpa.

Un oasis de conservación

Actualmente, el venadario cuenta con 23 ejemplares cola blanca en cautiverio: machos, hembras y algunas crías, de los cuales 14 se encuentran en preliberación, pero cada semana se incorporan más.

Cabe mencionar que, a diferencia de las hembras, los machos presentan cornamentas ramificadas e inclinadas hacia atrás, que como adultos y según la edad, alcanzan entre 8 y 64 centímetros desde la base y se renuevan cada año, en invierno.

El lugar es un oasis para esta especie, y está dividido en dos partes: primero se encuentran los venados en cautiverio, tienen comederos y un lugar para descansar; en segundo lugar está la zona de preliberación, que simula la vida en el bosque.

“(...) Se les va dando un seguimiento constante ya dentro de este espacio, comen hierbas y plantas, beben agua directamente del río (...) un largo tiempo estuvieron en cautiverio de 800 metros donde se les alimentaba, se les acercaba el agua, ahora ellos por sus propios medios tienen que ir buscando esta forma de subsistir, pero siempre bajo vigilancia”, señaló Zarga Segura.

Centro de educación ecológica

Si bien este lugar puede ser visitado por la ciudadanía, las autoridades de la alcaldía, responsable del mantenimiento de la zona, llaman a que no sea considerado como un zoológico, sino como un área de conservación animal para aprender de los cuidados de los venados.

“El objetivo es ser un centro de educación ecológica (...) desde luego que está abierto al público con ciertas reglas y la idea fundamental es que aquí se den actividades de educación ambiental para que la gente se sensibilice sobre la importancia que tiene este espacio, y sobre las especies endémicas del Desierto de los Leones”, indicó el funcionario.

Cuidados

El médico veterinario del Parque Nacional Desierto de los Leones, Aarón Alfonso Olvera García, explicó que los venados en cautiverio llegan a vivir 20 años, y entre los cuidados que se les brindan están la desparasitación cada seis meses, análisis de sangre y monitoreo de manera permanente con telemetría.

“Si todo marcha bien como lo esperamos, en mayo, junio y julio habrá crías, y pues tienen que desarrollarse, alcanzar una edad madura de un año y medio para hacer la preliberación”, destacó.

Agregó que uno de los alimentos que se les da a las venadas cuando están en gestación son fresas con crema, en forma de premio, pero también por sus minerales y proteínas.

También están pendientes de las enfermedades, por ejemplo, debido a que la mayoría tiene consanguinidad, tienden a desarrollar malformaciones, aunque con un porcentaje bajo de mortandad.

Agregó que, en ese tema, se encuentran realizando un estudio con el Instituto Politécnico Nacional (IPN) así como con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), para vigilar la salud de estos venados cola blanca.

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