A nueve meses de haber sido inaugurada la primera etapa, el Centro de Transferencia Modal (Cetram) San Lázaro no ha conseguido inhibir la presencia de puestos ambulantes en sus inmediaciones e incluso en el corredor de transbordo de las líneas 1 y B del Metro, donde se ha reubicado una tercera parte de los 60 informales que se planea reacomodar en locales habilitados en dicha pasarela.
A excepción de los martes, alrededor de 50 vendedores ambulantes colocan sus puestos todos los días en diferentes puntos de la zona de San Lázaro, donde convergen el Metro, el Metrobús, la Terminal de Autobuses de Pasajeros del Oriente (TAPO) y unidades de transporte público concesionado que ofrecen servicio hacia el Estado de México.
En diversos recorridos realizados por EL UNIVERSAL se constató la presencia de comercio en vía pública sobre el camellón de calzada Ignacio Zaragoza, frente a la entrada oriente de la Línea 1 del Metro; en el carril lateral de avenida Eduardo Molina, contiguo al acceso principal de la TAPO; en las inmediaciones de la estación San Lázaro de las líneas 4 y 5 del Metrobús, y en el acceso de la Línea B del Metro, que conecta con el corredor de transbordo hacia la Línea 1 y la TAPO.
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En ese acceso a la estación San Lázaro de la Línea B se colocan al menos 10 puestos de dulces, botanas, ropa, calzado y comida, incluso uno de ellos utiliza cilindro de gas LP y está a un lado de un letrero que prohíbe la presencia de ambulantes, donde hay locales comerciales de la plaza Puerta Oriente.
En el nivel que está arriba de dicho corredor se ubica la pasarela donde se habilitaron 60 locales para los vendedores en vía pública, quienes han ocupado poco más de 40 espacios y otros siguen a la espera de que les asignen un lugar.
“No sabemos cuándo vayan a abrir esos locales, y no creo que sean para nosotros, porque nadie nos ha dicho nada, por eso nos ponemos aquí sobre el pasillo”, mencionó un vendedor de dulces, quien coloca su puesto sobre el corredor, a unos pasos de la entrada a la estación San Lázaro de la Línea B del Metro.
El nuevo Cetram
El proyecto de modernización del Cetram San Lázaro comenzó a definirse en abril de 2017, cuando la anterior administración del Gobierno capitalino retiró 400 puestos ambulantes, entre los que se encontraban diversas chelerías, y expropió un predio ubicado en las inmediaciones de la TAPO.
El predio expropiado, que albergaba el inmueble denominado Expolígono San Lázaro, se ubica en Eduardo Molina, entre Artilleros y Calzada Zaragoza, dentro del perímetro de la alcaldía Venustiano Carranza.
Tras el desalojo de ambulantes, la Secretaría de Gobierno sostuvo que la recuperación, tanto del inmueble como del espacio público, permitiría la mejora de las condiciones de prestación del servicio público de transporte de pasajeros mediante la modernización del Cetram San Lázaro.
Pese a la expropiación y desalojo del terreno, que fue tapiado para evitar su ocupación nuevamente, el ambulantaje continuó en las inmediaciones del Metro y la TAPO, donde el año pasado se colocaban de manera permanente decenas de puestos.
El 27 de noviembre de 2023 en el predio expropiado se inauguró la primera etapa del nuevo Cetram San Lázaro, que es utilizado diariamente por alrededor de 240 mil usuarios del Metro, Metrobús y la TAPO, y para lo cual fueron retirados los informales.
La modernización del Cetram implicó una inversión de 550 millones de pesos, para intervenir 13 mil 681 metros cuadrados de ese lugar, habilitado con espacios techados, accesibilidad, iluminación, señalización, cámaras de seguridad, biciestacionamiento, áreas verdes y explanada sociocultural.
Durante la inauguración, el titular de la Secretaría de Movilidad (Semovi), Andrés Lajous, destacó que en ese espacio se hizo un gran trabajo de ordenamiento comercial, que implicó la indemnización a 241 locatarios y la formalización de 60 de ellos en la pasarela del Metro, con apoyo de la Subsecretaría de Programas de Alcaldías y Reordenamiento de la Vía Pública y la alcaldía Venustiano Carranza.
Ambulantes esperan reacomodo
Como parte de las obras, y para inhibir el comercio informal, fue delimitado con macetones y rejas el carril de avenida Eduardo Molina que ocupaban decenas de vendedores antes de la apertura, pero ahora los puestos son colocados en el carril adyacente al enrejado, lo que genera que sólo quede uno para la circulación de vehículos.
En los diversos puntos, se contaron al menos 20 cilindros de gas LP que utilizan los vendedores de comida, de los cuales 10 están en puestos que dificultan el paso en el acceso principal de la TAPO y el Cetram , donde hay una base de taxis que obstruye el libre tránsito tanto peatonal como vehicular.
En la Semovi comentaron que los informales que hay en las inmediaciones del Cetram están a la espera de ser reubicados en los locales de la pasarela del Metro.
Mario García, representante de los vendedores informales de esa zona, confirmó que aún hay entre 40 y 50 comerciantes en las inmediaciones, de los cuales 15 están pendientes de ocupar uno de los locales de dicha pasarela, y no lo han hecho porque esos espacios carecen de instalaciones eléctricas y de las condiciones necesarias para funcionar correctamente.
“Nos sacaron de un predio que ocupamos por muchos años, fuimos despojados de nuestra mercancía y pertenencias, y a los compañeros que aceptaron la reubicación no les cumplieron porque ellos mismos han tenido que invertir para instalar la luz en los locales; todavía faltan 15 de ocupar el espacio que les corresponde”, expresó García.
El líder de ambulantes mencionó que además de los vendedores que ocuparán los locales de la pasarela, la Subsecretaría de Programas de Alcaldías y Reordenamiento en Vía Pública prometió reubicar a los que queden fuera, pero a la fecha no les han definido fecha, ni lugar para tal reacomodo.
El UNIVERSAL buscó entrevista con la Subsecretaría de Programas de Alcaldías y Reordenamiento en Vía Pública, pero no se obtuvo respuesta.
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