Tres modus operandi distintos sirvieron a exfuncionarios de la pasada administración —que encabezó Miguel Ángel Mancera de 2012 a 2018—, para desviar más de 2 mil millones de pesos del erario capitalino.
Lo hicieron a través de empresas fantasma que después desaparecieron; entregas de dinero en efectivo retirado de las nóminas y ahorro de trabajadores; además del uso de la Central de Abasto en donde se realizó despojo de bodegas, concesiones para el cobro de estacionamientos aéreos, baños y diversos servicios.
Así lo reveló ayer el vocero de la Fiscalía General de Justicia (FGJ), Ulises Lara López, quien detalló los esquemas delictivos que usaron Miguel Ángel Vásquez, exsubsecretario de Administración y Capital Humano, actualmente en prisión domiciliaria por ser testigo protegido, y Julio César Serna, exjefe de gabinete de Mancera Espinosa, y que calificó como robo de dinero de la Ciudad de México para beneficio propio, personas cercanas y familiares.
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Estas firmas desviaron 986 millones de pesos que fueron distribuidos a ocho empresas, hoy desaparecidas. El grupo de servidores que operó esta tarea está conformado por personas cercanas a Miguel Ángel Vásquez.
Dichas compañías posiblemente cobraron 20% de los recursos desviados a cambio de ayudar en esta simulación.
“Este acto dio comienzo a una gigantesca operación de desvío de recursos, el dinero fue posiblemente entregado al mismo grupo de funcionarios allegados a Miguel Ángel “N”, encargado del desvío, con el objetivo de comenzar una distribución millonaria entre servidores públicos del Gobierno del Distrito Federal y otros actores”, expuso el vocero.
De ese dinero desviado en la operación, refirió, presuntamente se benefició Julio César Serna para aumentar su patrimonio.
En el segundo modus operandi, el mismo grupo de funcionarios de confianza de Vásquez del área de Capital Humano realizaron autorización ilegal, gestión y entrega de diversas cantidades de dinero a servidores públicos de la misma área de gobierno.
Este desvío se realizó a través de un supuesto pago en efectivo de la nómina y de fondos de ahorro de los trabajadores del Gobierno del Distrito Federal.
Fuentes refirieron que este dinero se llevaba a un domicilio y la entrega era personal.
El tercer modus operandi inició desde la Central de Abasto, operado por Julio César Serna, quien, según la FGJ, hizo despojo de bodegas mediante clausuras y probablemente fabricó delitos para después venderlas de forma ilegal y quedarse con el dinero.
Además, celebró concesiones irregulares con empresas para el cobro de estacionamientos aéreos, baños y diversos servicios que entregó a compañías para beneficiarse, dicha información fue publicada por esta casa editorial.
Durante la investigación, la fiscalía capitalina constató los salarios percibidos por Julio César Serna y encontró que los bienes con los que cuenta y los gastos que realizaba no correspondían con sus ingresos como servidor público, el cual ascendió a 47 millones 874 mil pesos.
Además, cuenta con un patrimonio de cinco inmuebles y un lugar de estacionamiento en la Ciudad de México. También se detectaron 14 propiedades, posiblemente relacionadas con él ubicadas en la capital del país, Cuernavaca y Acapulco.
El jueves, la FGJ cateó tres inmuebles relacionados con Julio César Serna, de los cuales uno quedó asegurado.
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