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El director del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro, Guillermo Calderón, informó que de 2019 a lo que va de 2023 se han robado 14 mil 500 metros, es decir, más de 14 kilómetros de cable que ha sido sustraído por bandas del crimen organizado y descartó que en esta acción participen trabajadores.
En conferencia de prensa, apuntó que el año pasado se robaron 4.7 kilómetros de cable, que al estar elaborado con cobre, tiene un valor en el mercado negro. Esta cantidad pesa más de 32 toneladas y para transportarlo, dijo, se requirieron por lo menos de 32 camionetas.
“Entonces, algo que tiene que ver con lo que hemos estado señalando, no un episodio aislado, es de banda organizada del robo de cable de cobre, fundamentalmente”, dijo Calderón.
Indicó que para la reposición del cable robado se destinaron 50 millones de pesos, y fue solventado con el seguro que tiene el sistema de transporte.
Agregó que en 2022 y lo que va de este año se han interpuesto 57 denuncias ante la Fiscalía General de Justicia (FGJ) de la Ciudad de México, de las cuales dijo desconocer los resultados de la investigación. “Es la fiscalía. Yo personalmente no le doy seguimiento a ese tema. La fiscalía es la que tiene las respuestas”, respondió al preguntarle si sabía si había detenidos.
¿Podría estar el sindicato coludido?, se le preguntó.
“No, no lo creo. Todo es una actividad de banda externa”.
Identifican práctica
Guillermo Calderón detalló que se ha identificado el modus operandi de estas bandas delincuenciales, a través del ingreso de registros externos, principalmente en las líneas 1, 2, y 3 del Metro, las cuales tienen más de 186 registros que no se encuentran en un área confinada de las instalaciones del sistema, sino que están en la vía pública.
Incluso refirió hay un rasgo en común: son las zonas donde el Metro corre superficialmente y hay también corte de la malla ciclónica e ingreso para robar cantidades importantes de este material.
Entre los puntos donde se tiene identificada esta práctica está la Línea 1, entre Pantitlán y Guelatao; la Línea 2, entre las estaciones Cuatro Caminos, Panteones, así como Xola y Tasqueña; en la Línea 3, Indios Verdes y La Raza; en la Línea 5, Instituto del Petróleo, Valle Gómez, Aragón y Oceanía, y en la Línea B, entre Ciudad Azteca y Bosque de Aragón.
Entre los cables que se roban están los de alta tensión —que alimentan las subestaciones de rectificación, trenes y subestaciones—, pesan más de 8 kilos y se sustraen longitudes que van de los 30 a 50, 70 y hasta 100 metros lineales en uno de los robos detectados.
Guillermo Calderón agregó que para el STC representa un costo de entre 800 y mil pesos el metro de cable procesado para la instalación con su aislante. Mientras que el costo por kilo de cobre es del orden de entre 120 y 130 pesos.
Acciones a realizar
Para enfrentar esta problemática, el Metro realiza una revisión y sellado de los registros por donde podría ser factible el ingreso para el robo de cable, además de reforzar con la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) los rondines en las zonas con incidencia recurrente.
Se prevé destinar 70 millones de pesos para la instalación de cámaras de videovigilancia externas en las subestaciones de rectificación, vías y túneles.
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