Parejas y grupos de amigos adelantaron este sábado el festejo por el Día del Amor y la Amistad, en calles del Centro Histórico de Coyoacán, donde principalmente restaurantes lucieron casi llenos, pero en los alrededores la concurrencia no fue tanta.

Un día después de que el Gobierno de la determinó regresar al semáforo naranja por la baja en hospitalizaciones por Covid-19, ayer la gente arribó a esta zona turística para degustar un helado, café, una copa de vino con alimentos o alguna cerveza.

Julio, quien acudió con su esposa la tarde del sábado a Coyoacán, dijo que aprovecharon para celebrar, puesto que el domingo esperaban recibir a unos amigos para pasar la tarde.

“Vinimos un rato, la verdad a celebrar el día, mañana [hoy] tenemos otros planes, por eso vinimos hoy [ayer]”, comentó, y aseguró que es bueno que poco a poco la gente salga, pero cuidando las medidas sanitarias.

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Otras personas no atribuyeron su visita al festejo del 14 de febrero, sino para aprovechar la tarde calurosa para beber una cerveza y comer pizza en los comercios de la zona.

Restaurantes de Coyoacán esperan recibir amor de clientes
Restaurantes de Coyoacán esperan recibir amor de clientes

Una mesera de un restaurante bar comentó a EL UNIVERSAL que el año pasado “nos fue bien mal por la lluvia, no dejó que se acercara la gente, caía mucha [agua]”.

Por ello, dijo que espera que este 14 de febrero arriben los clientes sin miedo, ya que se aplica una serie de protocolos, como la desinfección constante de mesas y atención al aire libre. El horario de cierre será hasta las 21:00 horas.

Para esta zona, la atención al aire libre les ha resultado favorable, pues hace más atractiva la visita y se puede contemplar la vida característica del corredor de bares y restaurantes del centro de Coyoacán.

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Esta casa editorial recorrió esta parte de la Ciudad para ver cómo se preparaban los negocios para el Día del Amor y la Amistad. Una de las características fue que ningún restaurante tenía adornos, tampoco podían observarse globeros o personas vendiendo rosas y peluches.

Los parques de esta alcaldía permanecían cerrados al público, acordonados con cinta amarilla y con la presencia de policías capitalinos.

A la altura de avenida Miguel Ángel de Quevedo, el tránsito vehicular era la característica.

Los visitantes que no entraban a los restaurantes paseaban sobre las calles, acudían a las pocas tiendas de ropa que hay en la zona, o bien entraban a las panaderías, de donde el olor a mantequilla salía e inundaba las calles empedradas.

También había aquellas zonas en donde la concurrencia de personas era nula, las mesas se podían ver vacías, una imagen que contrastaba con el resto de los locales llenos.

Sobre la calle de Caballo Calco, un local de quesadillas instaló una fila de pequeñas mesas en donde los comensales podían ser atendidos al aire libre.

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Metros adelante se encontraba la zona de restaurante-bar, en donde se notaban personas ocupando las mesas.

El Centro Histórico de Coyoacán lució concurrido y de cara no sólo al 14 de febrero, sino al inicio del semáforo naranja.