Desde el mediodía de ayer meseros comenzaron a montar las mesas. Algunos limpiaban el piso, otros barrían la banqueta, otros más arreglaban mesas y sillas en la terraza. En punto de las 13:00 horas se reunieron y en conjunto salieron y anunciaron: “¡Estamos abiertos!”
Así fue como restaurantes desafiaron a las autoridades y las medidas implementadas en el semáforo rojo por la pandemia del coronavirus.
Establecimientos como Fi-sher’s y Sonora Grill abrieron en distintos puntos de la Ciudad, hecho que fue bien recibido por algunos de los asistentes. En tanto, las autoridades sólo decidieron hacer notificaciones a los gerentes para que cerrarán las puertas y que vendieran alimentos para llevar.
Manolo Ablanedo, socio y director de comunicación social de la cadena Fisher’s, comentó que no tienen otra opción más que la de salir a trabajar, porque están en peligro miles de familias que dependen de ellos.
Sin embargo, llamó la atención que en la zona de Polanco sólo estaba abierto este restaurante, pues todos lo que se ubican sobre Mazarik vendían la comida para llevar, situación que contrastó con el “cacerolazo” que realizaron varios trabajadores cerca del Zócalo, en el que advertían que abrirían alrededor de 500 negocios.
Sebastián Gotthelf, director de la marca Prime, de Sonora Grill, mencionó que abrieron en apoyo al slogan #abrimosomorimos, además de que el lugar ya no puede estar cerrado, por las pérdidas económicas.
“Decidimos abrir porque la empresa, los restaurantes como nosotros ya no pueden seguir más tiempo cerrados. Nuestra labor es estar con nuestros clientes, apoyar a nuestro equipo, a la gente que colabora con nosotros, yo mismo soy un empleado, estamos tratando de sobrevivir”, explica el director.
En tanto, el gerente general de la sucursal en Nápoles, Daniel Guzmán, aseguró que es insostenible la situación para su personal: “Queremos piso parejo con todos, pues los comerciantes informales están operando sin ningún impedimento por parte de las autoridades”.
En el Sonora Grill de Reforma, la gente ocupó las mesas que se instalaron en la entrada, sin importales las ráfagas de viento que se sentían.
Regina, junto a su madre y su hermano, acudió para celebrar sus 21 años. Menciona que fue por redes sociales como se enteraron que el lugar estaría abierto: “Me pongo de lado de la gente que no tienen trabajo y de los negocios que están quebrando, mi madre tiene una amiga que tiene un restaurante y lo cerrró por la pandemia. Considero que sí está bien que abran con todas las medidas”.
A la sucursal de Nápoles llegaron Ismael y Javier para comer, quienes consideraron que “era necesaria la apertura del gremio restaurantero, todos estamos en riesgo, pero ya es insostenible que siga parada la economía, apenas me enteré de que el restaurante abriría, vine para apoyar”.
Ayer, la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, respondió que se aplicarían sanciones a quienes no acataran las medidas por el semáforo rojo, pero advirtió que no caerían en provocaciones, por lo que en un principio sólo se harían apercibimientos y, en caso de seguir, aplicarían las sanciones.
En contraparte, el alcalde en Benito Juárez, Santiago Taboada, se pronunció a favor de la apertura de estos negocios, siempre y cuando se conserven las medidas de prevención y seguridad. Dijo que en la alcaldía hay 6 mil 500 restaurantes que necesitan trabajar.
En el Estado de México también se llevó a cabo una jornada de protesta de los “cacerolazos”. El Invea sólo realizó cuatro notificaciones a restaruantes, de los 231 que visit.