Peritos y especialistas de la Policía de Investigación encontraron cajas de plástico -similares a las que ocuparon para ocultar los cuerpos de Héctor y Alan rastros de sangre, herramientas punzo cortantes con rastros hemáticos, droga, vestigios de cloro y cal en el piso -producto con el que se presume, intentaron desaparecer evidencia- y otros indicios que revelan que posiblemente, en la vecindad marcada con el número 86 de la calle República de Cuba habrían asesinado a los menores de origen mazahua.
En el lugar, se detuvo a una persona quien dijo responder al nombre de Baltazar “N” de 25 años quien aparentemente “cuidaba” el lugar que fue revisado por elementos de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJ-CDMX).
El predio está relacionado con la Unión Tepito , a decir de las indagatorias, ahí “torturaban” a sus víctimas y en ocasiones era utilizado como bodega para guardar droga.
El detenido refirió a las autoridades que “él no los mató”, que solo se ofreció -a cambio de una pequeña dosis de droga- hacerles el favor.
Sin embargo, fue él mismo quien identificó a dos personas a las cuales “les hizo el favor” y señaló el domicilio recientemente cateado como el punto, de donde salió el diablillo con las cajas de plástico que contenían los cadáveres de Héctor y Alan.
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