Carmen, quien trabaja en Rappi como repartidora , revela que hasta cierto punto puede convivir con hombres sin que la molesten, pero, dice, ha tenido episodios que la han hecho sentir incómoda tanto por clientes como por empleados de restaurantes.
De acuerdo con Carmen -cuyo nombre se modificó por confidencialidad del estudio- en una ocasión fue a un restaurante a recoger un pedido de comida . “Me pone la bolsa en la mesa, ya la voy a agarrar y me jala, y luego me guiña el ojo".
También recuerda un episodio donde un hombre le preguntó si era de Rappi y le empezó a cuestionar varias cosas hasta que le preguntó por su número telefónico y ella para evadirlo le respondió: “¡Ay! Es que es para un amigo”, en referencia al pedido.
“Bueno, creo que eso pasa en todos lados, pero depende, o sea, bueno, en esta sociedad depende mucho de ti”, explica Carmen.
Este testimonio está incluido en el estudio “Este futuro no aplica” de Oxfam México y el Instituto de Estudios sobre Desigualdad (INDESIG), donde se realizaron mil encuestas a las personas repartidoras, así como 30 entrevistas a los mismos trabajadores, así como a propietarios de restaurantes o pequeños negocios de la capital, entre el 20 de agosto y el 20 de septiembre de 2021, el cual EL UNIVERSAL publicó la semana pasada.
En ese documento se revela que el 85% ha recibido acoso de clientes, negocios, incluso repartidoras han sido víctimas por compañeros de trabajo.
Las personas repartidoras a través de apps (aplicaciones móviles) en México ganan apenas dos mil 85 pesos semanales, ingreso por debajo del salario promedio en Ciudad de México, de acuerdo con un estudio de Oxfam México y el Instituto de Estudios Sobre la Desigualdad (Indesig) divulgado este lunes.
Con ese ingreso, las utilidades de los repartidores equivalen a apenas 53 pesos promedio por hora trabajada, lo que los convierte en un sector poblaciones con alta probabilidad de caer en pobreza si el repartir comida, por ejemplo, a través de esas plataformas es su única fuente de ingreso.
"La situación económica de estas personas es de alta vulnerabilidad y posibilidad de caer en pobreza", indican ambas organizaciones civiles en su estudio titulado "Este futuro no applica".
De acuerdo con el reporte que incluye análisis cuantitativo y entrevistas con repartidores, el 55% de estas personas tienen un ingreso por debajo de la línea de pobreza determinada por el Coneval . Esto significa que ese porcentaje no cuenta con ingresos suficientes para satisfacer sus necesidades básicas y las de sus dependientes económicos .
"A pesar de que el negocio de la entrega de comida produce millones de dólares, las condiciones laborales de las personas repartidoras son precarias", añade el informe de Oxfam México e Indesig.
El 46% de los encuestados indicaron que han realizado algún gasto catastrófico por accidentes o enfermedad (incluido el Covid-19). En promedio, ese tipo de gasto ascendió a 6 mil 127 pesos, casi el 70% del ingreso mensual de un repartidor.
Y aunque las plataformas de reparto destacan que esta labor da flexibilidad, éstas es limitada porque al sumar las horas trabajadas se concluye que se trata de un trabajo de tiempo completo .
"La realidad es que las personas repartidoras trabajan una mediana de 6 días y 40 horas a la semana (un trabajo de tiempo completo)", señala.
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