Toluca, Méx.— A través del programa ¡Date un Chance!, diseñado por la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM), 440 jóvenes infractores de 12 a 17 años de delitos de no alto impacto se han rehabilitado y reintegrado al tejido social, 13 de ellos con estudios universitarios, destacó el fiscal Alejandro Gómez Sánchez.

En entrevista con EL UNIVERSAL, dijo que de acuerdo con la Ley Nacional en Materia de Métodos Alternativos de Solución de Conflictos, hay dos vías en las que se puede llegar a un acuerdo reparatorio en delitos menores, permitiendo no entrar al “tubo o canal de un procedimiento penal que llevará a una sentencia condenatoria, pero no es una puerta giratoria para quienes cometieron un delito, pues se aplica la justicia pero de forma más amable”.

El Ministerio Público tiene la posibilidad de promover un acuerdo reparatorio, lo mismo puede ocurrir en la sede judicial, “pero la idea es no llegar al juez”. Es por ello que la institución diseñó una metodología adicional que busca recomponer el núcleo familiar del joven, con la finalidad de no que reincida.

El mecanismo, con registro de derechos de autor, es que el joven que cometió un delito debe asistir a terapias en el Centro de Integración Juvenil (CIJ), con el que tiene alianza la fiscalía, acompañado por su familia para que al final del programa no sólo hayan evitado un procedimiento judicial, sino el adolescente haya encontrado alternativas de empleo y educación.

El fiscal destacó que, junto con las secretarías del Trabajo, de la Mujer, de Desarrollo Económico, escuelas públicas y privadas, además del Consejo de Cámaras y Asociaciones Empresariales del Estado de México (Concaem), tienen la finalidad de “conseguirle al chavo una oportunidad de vida, por el que lo saquemos del contexto criminal. Es una nueva oportunidad de sacarle de ese ambiente”.

Marcela Mora Córdoba, coordinadora de Atención Inmediata y Justicia Restaurativa de la FGJEM y fundadora de ¡Date un Chance!, explicó que el programa surgió en 2018, porque “hay una enorme preocupación al ver que la población joven estaba cometiendo una cantidad de ilícitos que nos tenían sorprendidos”. Identificaron que coincidían el consumo de drogas, alcohol y la comisión de delitos por este grupo normalmente por una fractura en la familia.

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