San José del Rincón, Méx.— Con las puertas cerradas del Palacio Municipal y de la comisaría, con un virtual “toque de queda”, permaneció este municipio que forma parte de la Reserva de la Biósfera de la Mariposa Monarca, en la zona limítrofe con Michoacán, luego de la jornada violenta en la que pobladores incendiaron la casa de la alcaldesa panista Ana María Vázquez Carmona, aserraderos, vehículos, una patrulla y el módulo de seguridad, para exigir un freno a la inseguridad y las extorsiones.
El lunes, San José del Rincón lució con la mayoría de sus negocios cerrados y prácticamente sin vigilancia, con la ausencia de autoridades locales, quienes sólo emitieron un comunicado en sus redes sociales en el que reprobaron las “acciones que fueron incitadas y realizadas por una minoría, causando disturbios, pánico, agresiones y daños a personas, a vehículos oficiales y particulares, además de irrumpir en propiedad privada, causando destrozos para después incendiar.
“Estamos a favor de la libertad de expresión y de la manifestación, siempre y cuando se haga con estricto apego a derecho y al margen de las leyes, lo que pasó en San José del Rincón este 14 de agosto fue vandalismo”, se informó.
En su comunicado, autoridades exhortaron a los gobiernos estatal y federal “para que intervengan en el ámbito de sus competencias, a fin de pacificar, mantener el orden y la tranquilidad de las familias de nuestro municipio”.
“El pueblo, cansado de extorsiones”
“Estamos cansados de tanta extorsión”, repitieron pobladores durante un recorrido de EL UNIVERSAL por San José del Rincón, donde la mayoría de los comercios permanecieron cerrados luego de los disturbios del domingo y los bloqueos a la carretera El Oro-Villa Victoria.
La casa de dos pisos propiedad de la alcaldesa Ana María Vázquez Carmona, en la carretera Carmona San José del Rincón, fue incendiada, especialmente la mueblería que se ubicaba en la planta baja, donde el fuego consumió dos camionetas que permanecen estacionadas dentro de la cochera, al tiempo que las cortinas del comercio y los cristales de las ventanas lucen destruidas.
El daño a esta propiedad y al aserradero de un político local, señalaron pobladores, se debe a que “ellos y la policía no han hecho nada para evitar la inseguridad y han permitido que delincuentes actúen con libertad amenazando y extorsionando a la gente”.
Ni policías municipales o estatales, tampoco personal de la Guardia Nacional vigiló el lunes 15 de agosto las calles de San José del Rincón, tal como lo documentó EL UNIVERSAL en un recorrido.
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