Las altas rentas que deben pagar, los pocos ingresos que registran y el negro panorama que atraviesa la Ciudad de México por la emergencia sanitaria de Covid-19 están llevando al cierre a los negocios ubicados sobre la avenida Masaryk, en la colonia Polanco de la alcaldía Miguel Hidalgo.
A pesar de ser una zona de alta plusvalía, algunos pequeños restauranteros no logran cubrir en su totalidad el costo de la renta que, según el testimonio de uno de los afectados, oscila entre 70 y 300 mil pesos mensuales.
“Las rentas nos están comiendo a todos, varían mucho, desde 70 mil hasta 300 mil pesos y los ingresos no alcanzan. La renta es lo que nos ha estado comiendo a la mayoría de los locatarios”, expresó uno de los afectados a EL UNIVERSAL.
Su negocio dedicado a la venta de burritos y cerveza se mantenía abierto, había colocado una lona blanca que anunciaba: “Se traspasa local”.
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Afuera del negocio, con el ceño fruncido y con el rostro oculto por el cubrebocas, contó que las ganancias tampoco se han solucionado con la modalidad de pedidos vía aplicación o en línea, ya que se rompió ese contacto de los consumidores con el lugar, el espacio para disfrutar de la comida, aunado a que hay demasiada competencia, por lo que a partir de hoy espera que las cosas puedan cambiar si no es que ya lo traspasó.
“El problema es que todo mundo se metió a hacer pedidos, todo para llevar, entonces creció mucho la demanda y no es suficiente, las plataformas te quitan mucha comisión. Mi producto lo vendo en 100 pesos, y ellos te quitan 30 pesos, menos mi costo y mi gasto, la ganancia es mínima.
“Aquí [en mi local] era más fácil, no debía pagar comisión, y al menos una persona comía un burro, unas papas, dos refrescos o dos chelas, y ya eran 600 o 700 pesos, a los 200 menos la comisión”, explicó.
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Este diario realizó un recorrido por todo este sector en donde no sólo cerraron los negocios no esenciales, sino que colocaron letreros de renta o traspaso. Algunos locales están tapiados o con papeles sobre los cristales, los que genera un ambiente de abandono.
Entre los anuncios se podían leer mensajes: “Seguimos operando” y “contáctenos”.
Sin embargo, para los giros como los restaurantes-bar, la situación es desangelada, pues aquellos que se encuentran por esta avenida principal están cerrados al público.
“Aunque abramos la gente no viene e implica más gasto abrir que la comida para llevar; la venta bajó como 30%”, dijo.
El afectado pidió que la alcaldía haga un trato con los arrendatarios para no perjudicar más los negocios en medio de esta emergencia sanitaria.