El robo del cadáver del pequeño Tadeo del panteón San Nicolás Tolentino, en Iztapalapa, es una problemática constante en los camposantos de la Ciudad; la profanación de tumbas para extraer huesos y osamentas de los difuntos se comete con suma facilidad.
Durante el año pasado, la fiscalía capitalina inició un total de ocho carpetas de investigación en la que los empleados de esos lugares denunciaron que “se habían robado huesos”.
Otras siete se iniciaron luego que se denunciaran los hallazgos de huesos alrededor de panteones, en terrenos baldíos, parques o bosques ubicados en la zona sur; una de las líneas de investigación que han planteado los agentes es que, posiblemente, se roben los restos para actos de brujería o santería.
Según las denuncias recabadas en la fiscalía local, las alcaldías en donde más se registran estas prácticas son Iztapalapa, Xochimilco, Milpa Alta y Magdalena Contreras.