Luego de superar meses de trabajo y duras sequías, los agricultores de la alcaldía Xochimilco ya están listos para recolectar y vender el elote que será consumido durante estas fiestas patrias, por lo que esperan ganancias de hasta 30 mil pesos en los próximos días.
“Han sido meses difíciles, la sequía de este año fue de las peores que hemos vivido, pero afortunadamente ya estamos sacando la cosecha adelante. Toda esta semana vamos a estar cortando y vendiendo, y esperamos sacar unos 30 mil pesos para antes del domingo”, expuso David Mendoza, agricultor tradicional del pueblo de San Mateo Xalpa.
David y su padre Salomón Mendoza tienen casi cinco hectáreas de terreno, mismas que han preparado para cultivar los productos necesarios para las cenas del 15 de septiembre como rábanos y lechuga para el pozole, y elotes, que es lo más vendido en estas fechas.
“Tuvimos que sembrar un elote que se le conoce como precoz, que es de ciclo corto. Es de unos cuatro meses porque la sequía nos retrasó la producción y teníamos que sacar producto para estas fechas, si sembrábamos otro elote, no nos iba a dar el tiempo”, explican.
De acuerdo con David, el elote será su principal fuente de ingresos para estas fechas y esperan cosechar más de 30 costales de producto, cada una con aproximadamente 100 elotes, que puede vender hasta por mil pesos el costal.
“En estas fechas cualquiera pregunta: ‘¿Ya tiene elote?’ Nosotros le llevamos este costal a mi esposa que es la que lo vende, lo lleva al pueblo y se vende solo. Todo el mundo anda buscando elote y es mejor porque es fresco, del campo a tu mesa. Hoy se corta, hoy se vende y hoy se come”, expresó David.
Añadió que la producción de elote es considerablemente más redituable en estas fechas, ya que mucha gente lo busca para hacer platillos como esquites, pan, atole, tamales, asados o cocidos, además para elaborar la masa para tortillas, gorditas y tlacoyos.
Salomón Mendoza recordó la importancia del consumo de productos tradicionales durante las fechas patrias, ya que esto contribuye a la conservación de las tradiciones locales y apoya a la creación de productos naturales.
“Nosotros trabajamos lloviendo, al rayo del sol, a veces mal comidos y sin dinero, pero mientras haya campo en un pueblo hay comida. Mucha gente no se da cuenta del esfuerzo que representa el campo; tan sólo para tu comerte un pozole son cerca de ocho meses de preparación sólo para los granos y así es con toda nuestra comida”, concluyó.