En el marco del Día Mundial del Agua, Agustín Felipe Breña, investigador de la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), comentó que los problemas del agua en la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) son muy complejos y se agravan durante la temporada de estiaje debido a la gran cantidad de habitantes y a que no llega suficiente líquido de las cuencas de Lerma y Cutzamala.
El académico destacó que la población de esta región –ocupada por más de 20 millones de personas– tendrá esta circunstancia en forma continua, por lo que las autoridades deberían hacer un balance del recurso, tanto superficial como subterráneo, para ver la disponibilidad, que empeora durante la presente época.
Sostuvo que la alcaldía Iztapalapa y el municipio de Ecatepec registran este problema de insuficiencia de manera continua debido a su gran cantidad de residentes que rebasa el millón y medio, además de que no cuentan con oferta suficiente para cubrir sus necesidades.
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Precisó que si bien el llamado de la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, a no desperdiciar el recurso es una medida acertada, “también sería conveniente que informe a la sociedad por qué hay carencia del agua del Cutzamala y Lerma –que abastece 70% del caudal– y el volumen de los cuatro o cinco acuíferos ubicados en la zona durante la temporada de estiaje”.
“Este escenario prevalecerá hasta mayo o junio cuando comienzan las lluvias abundantes que volverán a recargar los acuíferos de los que se extrae un gran volumen; por tanto, hay una situación compleja que nos está diciendo que no hay el líquido vital”, subrayó el especialista.
Abundó que a la temporada de calor siguen las inundaciones, que seguirán siendo históricas debido tanto a las condiciones del suelo de la región como a un sistema de drenaje deficiente.
Agustín Felipe Breña recordó que para hacer frente a las inundaciones, en 1789 fue inaugurado el Tajo de Nochistongo, seguido del Gran Canal del Desagüe y del Drenaje Profundo, obras que al paso del tiempo disminuyeron su capacidad para evitar inundaciones, por lo que ahora se cuenta con el Túnel Emisor Oriente (TEO), que llevó 12 años en construirse y que ofrece un desagüe de 180 metros cúbicos por segundo.
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Explicó que la Red de drenaje de tipo combinado –que está conformado por 128 sistemas de colectores, 108 en la Ciudad de México y 20 en el Estado de México– es auxiliada por 303 plantas de bombeo, 12 tanques de tormenta, 22 sifones, 13 lagunas de regulación y un sistema de interpresas integrada por 29 presas.
Todo ello, sin descuidar los sistemas de atarjeas que recolectan y desalojan las aguas residuales y pluviales provenientes de las casas habitación, entre algunos otros sistemas.
“A pesar de todo ello persisten los inconvenientes en la urbe, sobre todo en la zona norte aun cuando las autoridades insisten en que de manera eventual los resolverán, aunque esto ocurre por la extracción excesiva del agua subterránea, que provoca que el suelo se compacte y se hunda en forma paulatina, lo que en particular se presenta en Xochimilco y el valle de Chalco, que está sobre un lago plano y cuando llueve no permite un desagüe adecuado y debilita los cimientos de casas”, concluyó Breña Puyol.