A unos días de que termine 2023, en la Ciudad de México se han registrado tres contingencias ambientales activadas por altas concentraciones de ozono y partículas contaminantes, así como 97 días limpios.

La Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAMe) decretó estas tres contingencias durante el primer trimestre: la primera el 1 de enero, la cual fue regional, únicamente en la zona oriente; la segunda se activó el 23 de febrero, y la tercera, el 26 de marzo. Todas en fase 1.

Esta cifra es mucho menor que la de 2022, pues el año pasado fue uno de los que tuvo más contingencias ambientales, con seis, una de ellas con más de 50 horas de duración. En 2021 se registraron tres, en 2020 una y en 2019 cuatro.

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En entrevista con EL UNIVERSAL, Marina Robles García, secretaria del Medio Ambiente, afirmó que el avance en la Ciudad de México en cuanto a la mejora de la calidad del aire ha sido “muy importante” en los últimos años, lo que incluso le ha valido recibir 24 reconocimientos en la materia.

“Tres datos: de tener cero días limpios en los años 90, que fue cuando la Ciudad de México era considerada una de las ciudades más contaminadas del mundo, y de tener 99 días limpios en 2018, cuando entramos a la administración, pasamos a tener 120 días limpios el año pasado”, resaltó.

Señaló que la Ciudad de México, luego de ser considerada como una urbe con muy pocas oportunidades en términos de su calidad ambiental, ha pasado a convertirse en un ejemplo en el mundo.

De acuerdo con la plataforma Calidad del Aire del Gobierno de la Ciudad de México, al corte del 18 de diciembre, de 351 días transcurridos de 2023, la capital tuvo 97 días limpios, esto significa que apenas 30% del año la Ciudad ha tenido días sin altos índices de contaminación.

No obstante, el aumento en la cantidad de días limpios se puede apreciar en el Mosaico Histórico de la Calidad del Aire de Ozono (O3) en la Zona Metropolitana, pues en lo que va de este año (al corte de la segunda semana de diciembre) únicamente se reportaron cuatro días con calidad del aire “muy mala”, con concentraciones entre 155 y 204 ppb de ozono: uno en febrero y dos en marzo (que corresponden a las fechas en que se activaron las contingencias ambientales) y uno más en noviembre.

En 2022 fueron siete días en este rango de calidad del aire, en 2021 hubo tres, en 2020 uno y en 2019 cuatro.

Problema latente

En entrevista con EL UNIVERSAL, Ricardo Torres Jardón, investigador del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático de la UNAM, explicó que en ocasiones el clima ha favorecido para que no se active una contingencia; sin embargo, el número de veces en la que se ha rebasado la norma de calidad del aire “sigue siendo alto”.

Destacó que uno de los contaminantes con niveles cada vez más altos son las partículas suspendidas, en especial las PM 2.5, la fracción más fina de polvo suspendido.

Cuestionado sobre las posibles soluciones ante esta problemática, el especialista comentó que existen dos factores que la incrementan: por un lado el gran crecimiento de la flota vehicular, a pesar de que la mayor parte de los automóviles cuentan con verificación; y en segundo término, el transporte de carga de diesel que constantemente cruza la Ciudad de México.

“Todavía no hay una legislación apropiada para el control de las emisiones de contaminantes de este tipo de camiones, sobre todo aquellos que traen placas de Servicio Público Federal, que son de transporte de alimentos y todos los insumos que llegan a la Ciudad, esa es una problemática federal”, concluyó.

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