Los niveles de las presas de Villa Victoria y Valle de Bravo, dos de las que abastecen al Sistema Cutzamala, siguen a la baja; los daños por la sequía son inminentes, saltan a la vista y preocupan a los habitantes de ambas regiones.
EL UNIVERSAL visitó las presas el 15 de marzo y este 20 de junio. En 97 días el nivel pasó de 37.9% a 20.3% en Villa Victoria, cuando el histórico es de 53.2%, y en Valle de Bravo bajó de 51.9% a 39.8%, siendo su máximo histórico 71.3%.
De acuerdo con los informes semanales, se estima que desde hace un par de meses los embalses han reducido más de un punto porcentual por semana y ni siquiera el bombardeo de nubes ha servido para mejorar el llenado de estos cuerpos de agua que abastecen a 13 alcaldías de la Ciudad de México y 13 municipios mexiquenses.
Con base en el último informe, la diferencia respecto al almacenamiento histórico es de -198.57 millones de metros cúbicos (Mm3), es decir -25.4%, con respecto al promedio histórico.
La sequía en la cuenca del Cutzamala al 15 de junio refleja que las áreas permanecieron sin cambios de moderada a severa. No ha habido precipitaciones, la acumulación mensual de lluvias en Valle de Bravo es de -100% y en Villa Victoria -96%.
Tierra y basura, un olor mezclado entre agua anegada, sucia y el vapor que emana de la gran franja de campo descubierto, seco, un cementerio de llantas y aves muertas por el calor, así lucen las presas de Villa Victoria y Valle de Bravo.
El panorama es desalentador, como si hubieran pintado en el piso una franja que evidencia lo mucho que se ha reducido el nivel del agua, dejando al descubierto la gravedad de la escasez en el almacenamiento del embalse.
En Valle de Bravo las embarcaciones de pescadores están abandonadas, a la orilla, donde antes hubo un hombre pescando, ahora se observan pequeñas conchitas, como si en el embalse hubiera almejas u otro molusco recubierto por conchas blancas.
En el lugar visitado, una bomba de agua destaca entre la maleza, presuntamente, se trata de una manguera que abastece de agua a viviendas aledañas, al pie de esta presa, pero que ha tenido que avanzar al menos 10 metros más, pues el agua redujo su nivel.
En Villa Victoria los habitantes no sólo observan cómo desaparece de a poco la presa, coincidieron las señoras en que no habían visto este nivel de sequía en años, pero no solamente les afecta la escasez de agua en la presa, sino en el resto de los cuerpos de agua alrededor.
“No hay agua para que salga pasto y llevar a los animales a pastar, se afecta la cosecha de avena, de maíz, no hay agua para lavar y tampoco para la vida diaria”, reconoció una de las lavanderas.
Para Thali Alamilla, de la comunidad de El Vivero, en Villa Victoria, a 600 metros de la presa, no quedó más que acudir a este sitio para lavar. Dijo que El Canal, donde se abastecen las pipas de agua para distribuir a las comunidades, también está seco, además el pozo de agua de la comunidad no aporta más y es que en esta zona de la entidad mexiquense no ha llovido, afirmó.
“Tiene cuatro años que vine a vivir con mis suegros, nunca se había visto así la presa y no había necesitado lavar en la presa, pero ya no hay agua y en la comunidad, no tenemos más opción, las pipas se duplicaron en costo, antes pedían 240 pesos y hoy 480 pesos, es muy caro”, comentó.
ayef