Este 15 de septiembre, el cerco en el perímetro de la Alameda Central y del Palacio de Bellas Artes continúó, lo mismo que la presencia de ambulantes que se instalan cada fin de semana en la zona.
Los vendedores permanecieron con sus puestos sobre avenida Juárez, frente a Bellas Artes, entre López y Lázaro Cárdenas, aunque esta vez, a diferencia de otros fines de semana, en ese tramo dejaron libre uno de los tres carriles para que los vehículos siguieran al Eje Central.
Previo a la ceremonia del Grito de Independencia en el Zócalo, sobre la acera sur de avenida Juárez, decenas de comerciantes de artículos patrios se sumaron a la vendimia en esa zona.
El pasado 4 de septiembre, la Secretaría de Gobierno informó que alrededor de 200 “carritos patrios” podían vender sus artículos en calles de los perímetros A y B del Centro Histórico, pero tendrían prohibido instalarse en el arroyo vehicular, bocacalles, esquinas y pasos peatonales, así como en las calles Francisco I. Madero, Eje Central (de Madero a Donceles), Tacuba (de Bolívar a Eje Central) y la Alameda Central.
Este domingo, sobre la calle Tacuba, entre 5 de Mayo y Simón Bolívar, ambulantes que venden todo tipo de artículos, aprovecharon la gran afluencia de visitantes al Zócalo, para torear a las autoridades capitalinas y tender sus puestos sobre la banqueta de esa arteria.
En tanto, en las inmediaciones de la Alameda Central y del Palacio de Bellas Artes, los vendedores informales continuaron con su actividad de manera habitual, como lo hacen cada fin de semana, desde que fueron colocadas vallas metálicas y de popotillo, para impedir el paso al parque público.
Durante un recorrido por la zona se observó la presencia de comerciantes sobre la acera sur de avenida Hidalgo, que colinda con la Alameda Central, y que en su mayoría son integrantes de los colectivos feministas que solían colocar sus puestos a un costado de Bellas Artes.
Los puestos ambulantes se extienden sobre esa acera desde la salida del Metro Hidalgo hasta Eje Central, donde también hay presencia de vendedores, lo que provoca que los peatones caminen sobre el carril de contraflujo, destinado al Trolebús, para poder transitar sin obstáculos.
El 22 de julio la Alameda Central fue cercada parcialmente para someterla a trabajos de rehabilitación, y como medida para inhibir el comercio informal, pero ante la persistencia de los vendedores, el pasado 7 de agosto el cerco se extendió a todo el perímetro del parque.