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Las historias que serán contadas en medio del desfile por el Día de Muertos “Celebrando Vida”, que se realizará el 31 de octubre, nacen desde los talleres de El Volador, en la alcaldía Iztapalapa. Son cientos de manos de artistas que han intervenido las grandes figuras para los carros alegóricos o manejables, que representan la cultura del país y lo que se vive día a día en las calles de la Ciudad de México.
Son dos grandes bodegas en donde cada uno de los personajes que desfilarán del Zócalo a Campo Marte, por Paseo de la Reforma, están cobrando vida.
Nacieron del corazón de los artistas, quienes, cubiertos por el cubrebocas, han trabajado en construirlos, desde la herrería hasta los colores vivos con que se deleitan.
Ahí, hasta el fondo, se puede ver a Frida Kahlo acostada, enorme, sobre una cama del mismo tamaño; está mirando las láminas que hacen de techo, parece tan viva por los detalles con los que fue creada, así como por su ropa, finamente acomodada.
A un costado están los carros alegóricos, en donde los intérpretes Yair y Kalimba animarán el desfile con música en vivo. Asimismo, Quetzalcóatl engalanará todo un carro.
Dentro de las historias contadas a través de estas figuras, se encuentran los oficios que componen un día a día en la capital del país: el pollero, el señor que vende tamales, los carros de paletas, la pulquería...
Esa es la narrativa de una gran Ciudad llena de manías, de rapidez, y bajo estos cánones que la componen, los artistas del taller El Volador echaron a andar su pasión por las escenificaciones.
Desde ahí han sido los creadores, al lado de otros colectivos, de todos los desfiles organizados por el Gobierno local.
“Llevamos trabajando tres meses, todo fue muy rápido, estábamos a la expectativa [de] si se realizaba o no. Este será el desfile más grande que hemos hecho de esta clase y en el menor tiempo. Trabajábamos aproximadamente seis meses”, cuenta.
“Aquí hacemos todos los carros alegóricos y montamos las grandes figuras, algo bien interesante es que no todas se pintan aquí, sino por artesanos de colectivos, sin intervenciones, y [así hay] dos idiomas en una misma escultura”, dice.
Los aerógrafos se deslizan como plumas sobre una hoja, los trazos son finos sobre las maderas montadas en los alegóricos, los colores llaman a no quitarles la mirada, a contemplarlos como ese gran espectáculo que son.
No falta la Catrina del grabador y caricaturista mexicano José Guadalupe Posada, en ella se encuentran trabajando desde antes que el resto de personajes y es casi el set en donde Paco Enríquez explica que el desfile busca romper récord de asistencia y estará dividido en cuatro segmentos, como México Tenochtitlán, la Ciudad en la actualidad, Magia y tradición, para cerrar con Celebrando la vida.
Emanuel Solís es uno de los artistas, quien cuenta que su actividad principal es la herrería, con la que crean la estructura principal de los carros.
Con un pincel fino termina de pintar los detalles de una pequeña criatura y dice: “Es bastante enorgullecedor, aportamos no sólo a la cultura de la Ciudad, sino del país por el Día de Muertos”.
Cada una de las personas que continúan trabajando para crear a los personajes del desfile tienen en mente algo muy claro: es momento de homenajear no sólo a la muerte, sino la vida, a los que cayeron en esta pandemia.