Personas con alguna discapacidad, adultos mayores, integrantes de pueblos indígenas o con VIH, y otros contingentes de poblaciones con quienes la sociedad tiene una deuda histórica encabezarán la edición 45 de la Marcha del Orgullo LGBT+ en la Ciudad de México.

Activistas y organizaciones civiles coincidieron en la intención de reivindicar la movilización como una “protesta” y no únicamente como una cuestión de orgullo o marketing.

Kenlly Pacheco, coordinador general del Comité IncluyeT, dijo a EL UNIVERSAL que la marcha de este año tiene dos ejes prioritarios: el reconocimiento de las identidades no binarias, y voltear a ver a las poblaciones que “históricamente han sido vulneradas o violentadas”.

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“Uno de los últimos [avances] que parece significativo es el reconocimiento de las poblaciones trans, particularmente de infancias; es un referente para otros estados como Guadalajara y avanza en Baja California”, indicó el coordinador.

Rubí Toledo, activista indígena para quien la diversidad significa “matices y diferentes colores, formas de expresión y de vida”, consideró que la manifestación es una de las formas “más valientes” que tiene el ser humano para expresar sus necesidades, por ello, hizo un llamado a “abrazar la diversidad”.

“La Ciudad de México debe ser cada vez más una ciudad progresista que abrace, defienda y sea aliada de las causas; la Ciudad puede ser un referente. Lamentablemente hay muy pocos estados que han ido en esta línea de progresividad”, expuso.

Kano Romero, coordinador de Ellestrans México, explicó que este año se busca “reivindicar la manifestación como protesta, más allá de un evento pride de marketing”, por lo que pidió a los colectivos marchar a pie.

Afirmó que en la actualidad se vive “una ola muy fuerte de transfobia” en México y en el mundo, de ahí que se busca dar mucho peso a esta comunidad para garantizar sus derechos.

Ante esto, solicitó no ir a la marcha solamente para “disfrutar de la cuestión visual”, sino sumarse para hacer visible a todas las diversidades que conforman a la comunidad LGBT+.

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“El punto es entender que la inclusión de las personas no está en las palabras, en un mes en concreto, sino en las acciones que tenemos todos los días para las personas con las que convivimos en el trabajo, en el camión, en redes sociales”, dijo.

Elián Michaus, de Transmasculinidades MX, lamentó que aún hay muchos derechos que la comunidad no tiene, por lo que “es necesario movernos y vernos cara a cara, como en la marcha. Escucharnos entre nosotres para podernos apoyar para que las generaciones que vienen tengan vidas más fáciles de ser vividas”.

Marcela Ramón Sala, de la Red de Familias Trans, aseveró que la Ciudad de México todavía tiene pendientes en materia de legislación para las infancias trans.

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