Atizapán de Zaragoza, Méx.— Ante la pérdida de pruebas y peritajes por el abuso sexual que sufrió su hijo menor de edad, Valeria tuvo que protestar hace un mes —incluso frente al motel a donde el menor fue llevado por Arturo, de 41 años, preso en el penal de Barrientos y donde este 8 de enero se suspendió su audiencia—, pues teme que el presunto agresor quede libre.
“¡Quiero justicia, que se realice un juicio limpio, que no pierdan pruebas!”, externó la madre de familia en entrevista con EL UNIVERSAL, luego de que el sábado 8 de enero se suspendió la audiencia de desahogo de pruebas, porque se perdieron o el Ministerio Público traspapeló documentos, como el dictamen sicológico que determinó abuso sexual y la bitácora de ingreso al motel a donde el menor fue llevado.
Autoridades del Tribunal Superior de Justicia del Estado de México informaron que en la audiencia programada, el Ministerio Público solicitó ampliar el plazo de investigación y se le concedió, por lo que se llevará a cabo la próxima semana, para que el juez pueda recibir pruebas.
El abuso sexual que denuncia la familia fue víctima el menor inició cuando tenía 14 años, con amigos virtuales, y después con paseos a Six Flags y a La Marquesa, en el que Arturo lo indujo a fotografiarse desnudo, mientras relataba que tenía “su pecera del amor”, como llamaba a su jacuzzi en un departamento en Lomas Verdes al que solía invitar a jóvenes repartidores y donde vivía con un menor de nacionalidad venezolana, relató Valeria.
En octubre, el hombre fue detenido, mientras esperaba al menor en una cafetería en Zona Esmeralda, por policías ministeriales de la fiscalía mexiquense, quienes lo trasladaron al penal de Barrientos, donde un juez decidió vincularlo a proceso por el delito de abuso sexual.
El 17 de diciembre, familiares, amigos y vecinos protestaron frente al motel para exigir la entrega de bitácoras que prueban que Arturo ingresó con el menor de edad.