Salir del “ciclo de violencia” en el que vivió durante años ha sido el reto “más grande” y, a la vez, lo “más reconfortante” para Luisa, habitante de la alcaldía de Iztapalapa.
El acceso a un espacio donde se le brindó atención especializada para mujeres violentadas y el apoyo de su círculo cercano durante su proceso, el cual, asegura, aún no concluye, fue lo que le “salvó la vida”.
Por ello, la mujer, quien pidió cambiar su nombre real, consideró que la existencia de estos espacios es algo “muy valioso para quienes enfrentamos alguna situación violenta”, contó a EL UNIVERSAL.
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En la Ciudad de México hay más de un centenar de espacios del gobierno local y de la FGJ-CDMX en los que se brinda atención a mujeres violentadas, de acuerdo con el Mapa de Servicios de Atención a la Violencia contra las Mujeres de la Secretaría de las Mujeres (Semujeres) de la capital.
Sin embargo, especialistas coinciden en que hace falta hacer una evaluación para determinar su funcionamiento y mayor infraestructura para brindar esta atención.
María de la Luz Estrada, del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio, explicó que hasta ahora no se ha hecho una evaluación “de calidad” del funcionamiento de este tipo de espacios en la Ciudad, para conocer si realmente las mujeres se sienten más seguras y obtienen una respuesta inmediata.
En entrevista, indicó que se ha insistido en conocer bajo qué indicadores las autoridades evalúan “el éxito” de estos espacios, que se enfocan principalmente en la atención psicológica y jurídica.
Particularmente en el caso de Iztapalapa, la alcaldía más poblada de la capital (con alrededor de 947 mil 835 mujeres hasta 2020, de acuerdo con el censo más reciente del Inegi, la Semujeres contabiliza 12 espacios para atender a este sector.
En comparación, alcaldías como Cuauhtémoc, que tiene tres veces menos habitantes mujeres que Iztapalapa (con 284 mil 933 hasta 2020) o Gustavo A. Madero, en la que para 2020 habitaban 609 mil 477 mujeres, la Semujeres contabiliza más espacios de este tipo. En Cuauhtémoc suman más del doble con 28, mientras que en la GAM hay 14.
De acuerdo con dicha herramienta, Iztapalapa tiene cinco espacios a los que las mujeres víctimas de violencia pueden acudir por atención sicológica o para ser canalizadas a una casa de emergencia o un refugio: cuatro de ellos son hospitales adscritos a la Secretaría de Salud y uno más es un módulo de la Semujeres, conocido como Luna. No obstante, en ninguno de estos se da asesoría sicológica con seguimiento.
“Iztapalapa es una demarcación muy grande, con muchos conflictos y si bien se han tratado de hacer esfuerzos para atender la violencia contra las mujeres, estos tienen que evaluarse para saber qué impacto y mejoras está trayendo, si realmente la percepción ha cambiado, que se sienta mejor atendida o sienta mayor seguridad, y que esté realmente materializado más allá de la percepción”, consideró María de la Luz.
Requieren más infraestructura
Por separado, María del Carmen Montenegro Núñez, académica de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), afirmó a esta casa editorial que los espacios de atención para mujeres, como son albergues o refugios, suelen trabajar con “muy poco recursos”, por lo que se requiere “mayor infraestructura” en cuanto a profesionistas que brindan atención especializada, por ejemplo, sicólogas y abogadas.
La académica recordó que la Ley General de Víctimas de la Ciudad de México refiere que para la reparación del daño no sólo se brinde atención sicológica, sino un programa de atención completo e interdisciplinario, que incluso alcance a las personas cercanas de la víctima, en aras de reducir la normalización de la violencia.
“El empoderamiento no se alcanza en tres meses, no es un curso que se aprenda de memoria y que uno lo aplique. Hay un entorno que envuelve a las víctimas. Existe la posibilidad de ser violentada después de estar en un albergue, porque esa conciencia de género no se alcanza”, explicó.
Iztapalapa deja un precedente
Si bien el gobierno central tiene espacios para atender a mujeres violentadas, ya sea para que acudan por atención médica o sicológica, como son las llamadas Lunas, o acceso a la justicia y orientación, como los módulos de Abogadas de las Mujeres, no son los únicos esfuerzos de parte de las autoridades por atender esta situación.
En la alcaldía Iztapalapa, en la que en el último año hubo un aumento equivalente a 150% en la apertura de carpetas de investigación por feminicidios —el delito más grave cometido contra las mujeres—, en la administración actual se han abierto 15 espacios de atención a mujeres de parte de la administración local, conocidos como “casas de las siemprevivas”.
En entrevista con este medio, la alcaldesa Clara Brugada consideró que el “sustento de la violencia hacia las mujeres es este sistema que conocemos como patriarcal, que viene de siglos en donde hace que las mujeres sólo pretendan dedicarse a labores domésticas en lugares cerrados, como parte de la propiedad del hombre”, de ahí la importancia de crear sitios en los que se pueda brindarles apoyo.
Desde la Utopía Libertad, ubicada a un costado del Reclusorio Oriente, la edil explicó que en este espacio se implementa un sistema público de cuidados en el que se busca “socializar lo que hoy es trabajo doméstico que tradicionalmente lo hacen las mujeres”, de tal manera que puedan “destinar” su tiempo en otras actividades y salir de ese trabajo que “no es reconocido”.
Como ejemplo, Clara Brugada explicó que en esta Utopía se cuenta con espacios donde las mujeres pueden recibir atención sicológica o jurídica en caso de requerirla, pero también otros espacios como lavandería comunitaria y un área de comida para llevar con el fin de reducir esas violencias.
“Todo esto tiene que ver con la violencia hacia la mujer, porque es la parte estructural de cómo hay un sistema que hace que las mujeres sean consideradas objetos o sólo dedicadas a atraer trabajos del hogar y, entonces, son consideradas seres inferiores que pueden hasta matarlas, agredirlas, violentarlas y no pasa nada”, señaló.
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Si bien la alcaldesa consideró que su administración está dejando “un precedente” con diversos programas sociales y estrategias en apoyo de las mujeres, que han ayudado en el combate de las violencias, reconoció que es necesario que estos esfuerzos se hagan “de manera permanente y periódica, cada vez con mayor intensidad”.