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“Yo vengo a darle las gracias a San Judas Tadeo, porque hace dos años me dio un infarto y quedé paralizado medio cuerpo y gracias a él aquí sigo”, dijo a EL UNIVERSAL Víctor Manuel González, acompañado de una imagen del santo, de 80 por 50 centímetros de medida.
En el segundo día de exhibición de una mano de San Judas Tadeo que es considerada una reliquia, en la Catedral Metropolitana, ubicada en el Centro Histórico de la Ciudad de México, Víctor Manuel, de 55 años de edad, acudió al templo para agradecer al santo porque pudo recuperar la movilidad después del infarto que sufrió.
Él fue uno de los miles que esperaron hasta dos horas en una fila que dio la vuelta al Zócalo capitalino para poder ingresar.
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En su breve acercamiento de 30 segundos con la mano de San Judas Tadeo, que Manuel calificó como algo “muy bonito, alegre y de mucha paz”, agradeció porque “me ha dado la oportunidad de moverme, no como yo quisiera pero moverme”, dijo apoyado de un bastón que lo sostiene en pie.
Una mano de San Judas Tadeo, patrono de las causas difíciles, llegó este lunes a la Catedral Metropolitana desde la Ciudad del Vaticano, en Roma, Italia, la cual será exhibida hasta hoy (miércoles) en esta iglesia, y será llevada mañana (jueves) al templo de San Hipólito, en la colonia Guerrero, alcaldía Cuauhtémoc.
María Magdalena Escoto, una maestra de primaria jubilada, de 75 años de edad, también acudió a la Catedral Metropolitana, a fin de agradecerle por su hijo, que, afirmó, el santo le ayudó a tenerlo.
“No podía tener hijos, un día me unté velas en mi vientre y le pedí: por favor, mándame un hijo. Al mes quedé embarazada de un hermoso niño”, indicó Escoto mientras lloraba con un escapulario que sostenía en las manos para rezar, mientras su esposo esperaba en la fila que daba la vuelta a la Catedral.
Recién operada de la rodilla y las costillas, María Magdalena salió de su casa por segunda vez en tres meses para ver de cerca la reliquia. “Anoche le pedí a San Juditas poder venir a verlo, porque hace tres meses me caí, traigo mi rodilla lastimada, una costilla rota y estoy mala de mi corazón”, dijo.
Piden por Venezuela
En las largas filas estaba, junto a su nieto, José María Aguilar, habitante de la alcaldía Venustiano Carranza, quien pidió a San Judas Tadeo ayudar “a los hermanos venezolanos, porque están sufriendo mucho, le venimos a pedir que les dé libertad, porque les hizo fraude con todas las boletas”. En plena protesta de venezolanos luego de que el Consejo Nacional Electoral declarara a Nicolás Maduro como presidente electo de su país, Aguilar acudió a la Catedral Metropolitana con una de sus tantas figuras de santos, para pedir, con lágrimas en los ojos, “por el mundo, por la guerra y por la libertad de Venezuela”.