“Es una fachada lo que nos hicieron. Con el Super Bowl pensábamos recuperarnos, meternos algo de propina y alivianarnos, pero otra vez nos la aplicaron. Debemos bajar cortinas a las seis de la tarde como máximo, y a esa hora es cuando empieza el partido, otra vez nos vamos con las manos vacías”, afirma angustiado Marcelo, un mesero de una cadena de restaurantes que no pudo transmitir la final del futbol americano ayer.

Esa fue la situación de todos los meses de los bares deportivos o cantinas ubicados sobre la , en el Centro.

Esperaban que la autoridad fuera más flexible con ellos y tuvieran la oportunidad de abrir sus cortinas hasta altas horas de la noche y así poder transmitir el gran partido de futbol americano, pero no fue así.

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“Llegan muchos turistas americanos esperando el partido y les decimos que no vamos a transmitirlo, imagínate lo que representa eso para nosotros.

“La autoridad no entiende que no somos una fuente de contagio y todo este tiempo que hemos aguantado es fatal, no nos hemos recuperado, estamos por tronar y se siguen perdiendo empleos. Hoy era una fecha importante y buena para todo el sector y aún así no nos tomaron en cuenta ni les importamos”, explicó Hugo Pacheco, gerente de la Cervecería de Barrio que se encuentra sobre esa importante y turística arteria.

En contraste, los Raygadas Vela, a falta de un bar en donde poder ver el Super Bowl, decidieron organizarse —respetando la sana distancia y las medidas de sanidad necesarias— en casa y así disfrutar del partido.

“Sabíamos que no encontraríamos donde verlo y como cada año, lo vimos aquí en la casa, sólo unos amigos porque el resto se guardó, pero también lo están viendo en sus casas”, comentó el abogado Raúl Raygadas.

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A la restricciones de los restaurantes se sumó la ley seca que las autoridades implementaron en por lo menos ocho alcaldías, lo que ha decir de los restauranteros, fomenta el comercio clandestino e ilegal del alcohol, cuando con ellos todo estaría controlado y en su defecto, habría más seguridad y se evitarían más contagios.

“Quieren evitar contagios y nos hacen eso, aquí cuidamos a nuestros clientes, pero imagínate todos en el Metro, Metrobús y en general en el transporte público, ahí cómo controlan eso. Que las autoridades se den una vuelta por el Centro Histórico y vean el comercio informal.

“La cadena está en una situación grave, nosotros como meseros estamos en crisis, tenemos el sueldo mínimo y no hay propinas. Con este evento el gobierno local debió mostrar que respalda y apoya al comercio formal, pero de nueva cuenta nos dieron la espalda, concluyó Hugo.