Metrópoli

A pesar de pandemia, fieles llegan por ceniza

Se planeaba entregarla en bolsitas, pero fieles hacen fila en iglesias del Valle de México; característica cruz es aplicada en la cabeza, no en frente

Muchas de las iglesias sólo permitieron ocupar 30% de la capacidad del recinto, por lo que las filas de fieles durante el Miércoles de Ceniza eran largas. Foto: JORGE ALVARADO. EL UNIVERSAL
18/02/2021 |03:16
Redacción
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Toluca, Méx.— El virus del SARS-CoV-2 no detuvo a los católicos, quienes ayer acudieron a las iglesias y parroquias para recibir la imposición de la cruz por el tradicional Miércoles de Ceniza, aunque respetaron las medidas sanitarias para evitar la propagación de la enfermedad.

De poco sirvieron las bolsas que prepararon las Arquidiócesis del Estado de México, pues al igual que en la Ciudad de México, la gente prefirió hacer fila y esperar para recibir la ceniza en la cabeza, de manos de sacerdotes y monjas.

En el Valle de Toluca no hubo aglomeraciones, al llegar la gente a la Catedral en la capital mexiquense, su objetivo fue colocarse la cruz, aunque algunos también llevaron a casa una porción para sus hijos, un enfermo o su pareja, que debido al trabajo no pudo asistir a la iglesia.

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Sin embargo, opinaron los feligreses, fue un ritual distinto, por la imposición en la cabeza que los feligreses recibieron de buena manera.

En la catedral, como al resto de las iglesias en la entidad, sólo se permitió ocupar 30% de la capacidad, los espacios que se podían usar estaban marcados y los que debían ser respetados tenían una cinta amarilla.

Las misas iniciaron puntualmente desde las 09:00 de la mañana y fue hasta las 12:00 horas cuando llegó más gente, la mayoría de entre 40 y 60 años, apenas unos cuantos niños.

La señora Marisol Contreras Garduño asistió sola y opinó que es muy bueno que la Arquidiócesis haya decidido entregar ceniza en bolsitas. “Mucha gente piensa que esto [el Covid -19] es una broma y una realidad muy triste, lo mejor que pudieron decidir es poner la ceniza en la cabeza, no en la frente, y es lo mejor para cuidarnos, nos enseña la importancia de protegernos”.

En el Valle de México, en los atrios de 204 templos de Naucalpan, Huixquilucan, Tlalnepantla, Atizapán de Zaragoza, Jilotzingo e Isidro Fabela, que forman parte de la arquidiócesis Tlalnepantla, también se observó la asistencia de feligreses.

Durante la mañana un promedio de 100 personas por hora llegó a recibir ceniza a la catedral de Tlalnepantla, cifra que se duplicó durante la tarde.

A los templos también llegaron muchos enfermos a recibir ceniza, como Reynalda Cruz Martínez, de Santa María Tlayacampa, quien acudió a la catedral de Tlalnepantla “porque Dios me ha salvado de muchas, he sufrido tres infartos”, afirmó mientras jalaba su tanque de oxígeno portátil, del que conectaba una sonda hacia su nariz.

En la Ciudad de México, este día perdió su tradición entre los devotos por la contingencia sanitaria, porque las cruces ya no fueron marcadas por otras manos sobre la frente.

“Me extrañó, yo pensaba que me la iban a poner en la frente [cruz de ceniza], la ponen en la cabeza, la verdad fue una experiencia diferente, pero está bien la medida que están tomando”, expresó la señora Erika, quien la tarde del miércoles de ceniza acudió a San Hipólito, donde cerca de las 12:30 horas la aglomeración no se hizo esperar. “No pueden cerrar la iglesia porque sería un pecado”, dijo un señor que buscaba ingresar a tomar un poco de ceniza.

EL UNIVERSAL recorrió los centros eclesiásticos más importantes en el primer cuadro de la Ciudad, así como en territorio mexiquense y constató cómo fueron aplicadas las medidas sanitarias para evitar contagios de coronavirus.

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