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david.fuentes@eluniversal.com.mx
Como cada año, Ramiro y su familia llegaron puntuales a la cita. Ramiro III estrenaba una playera del América, fue un regalo porque ya avisa cuando tiene ganas de ir al baño.
Papá, mamá y los Ramiros I, II y III que viven en situación de calle, esperaron pacientes poco más de media hora en el patio del convento de San Hipólito a que les dieran una comida, que para ellos, es la tan esperada Cena de Navidad.
La familia de Ramiro y otras 200 personas que viven en situación de calle, comieron espagueti, ensalada de manzana, pollo al horno y de postre, pastel. Todo gracias Cristian Ulises Olvera, presidente de la Fundación Caritas que Desean Sonreír A.C., quien desde 2005 ofrece esta cena.
Llegan de todos lados: Artículo 121, de la Zona Rosa, del Monumento a la Revolución, de La Raza y también de la Glorieta de Vértiz.
Además de la cena, las familias reciben un aguinaldo consistente en bolsas de dulces y ropa de temporada, “es simplemente dar un poco de lo que la vida nos ofrece, nosotros tenemos trabajo y nos va bien, eso lo debemos de compartir”, dijo Cristian Ulises.
“Los que formamos la fundación somos la familia y unos amigos, apenas un total de 10 personas que con gusto ofrecemos estos alimentos de todo corazón. Todo lo hacemos en casa, lo preparamos nosotros mismos porque aún no tenemos grandes donaciones, entonces todo sale del trabajo que tenemos”, explica.
Cuenta que cuando empezaron en el año 2005, prepararon comida para 50 personas en situación de calle, al siguiente año se unieron cinco más, al otro 10 más y así hasta llegar a brindar más de 300 cenas navideñas.
El crecimiento de la fundación fue exponencial, tanto así que en 2017 la cena “se salió de control”, lo intentaron hacer masivo en el Monumento a la Revolución y llegaron cientos de personas.
La Fundación Caritas que Desean Sonreír A.C., desea expandirse para que la cena que cada año ofrecen en diciembre alcance para más personas y sobre todo, los niños.
De momento cuentan con apoyos en especie de algunas empresas de prestigio, pero no es suficiente, pues como Ramiro, existen personas que hace cinco años venían solos y ahora ya tienen familia y no alcanza.
