La Fiscalía General de Justicia (FGJ) capitalina busca que 6 mil perfiles genéticos sean ingresados mensualmente al no sólo de agresores sexuales, sino de homicidas, secuestradores y personas que cometen estupro, tratantes o que privan de la libertad con fines sexuales.

Actualmente es un equipo de 25 peritos altamente certificados, bajo esquemas de trabajo riguroso —pues cada uno tiene su área con acceso restringido y único para cada empleado—, pero las autoridades también buscan que en las metas se puedan procesar de manera masiva estos 200 perfiles diarios.

Sin embargo, los perfiles genéticos del Banco de ADN incluyen a servidores públicos, es decir, a cada uno de los agentes de la Policía de Investigación (PDI), de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), custodios del sistema penitenciario y elementos de seguridad privada.

El último corte de la Coordinación de Investigación Forense y Servicios Periciales encargados del Banco de ADN, era de mil 150 perfiles de funcionarios.

La activación de la alerta de género en la Ciudad de México llevó a concebir el Banco de ADN, y en 2020 comenzó su construcción en lo que era un estacionamiento del edificio de la avenida Coyoacán 1663, que alberga a la Coordinación de Servicios Periciales de la FGJ. Hoy este laboratorio es único en Latinoamérica con certificaciones en equipo y maquinaria para procesar indicios y pruebas.

Esto, para tener mayor control de los cuerpos de seguridad que operan en la Ciudad y poder identificar si están involucrados en algún tipo de delito.

En entrevista con EL UNIVERSAL, la doctora María Seberina Ortega López, titular de esta área, explicó que cada uno de los peritos fueron certificados, la capacitación fue “ardua, exhaustiva, metódica” para el uso de los equipos. “Todo el sistema que tenemos ha sido debidamente cuidadoso, (…) estamos en la última fase de la acreditación internacional”, comentó.

El Banco de ADN se puso en marcha desde enero de este año y hasta octubre han procesado 17 mil perfiles, que considera delitos como agresiones sexuales, homicidios, secuestro y desaparecidos, por mencionar algunos.

En ese periodo, dijo Ortega López, ha tenido sus primeros triunfos como el poder procesar todos los perfiles de las víctimas del violador serial y el reencuentro de una madre con su hija después de 27 años.

El maestro Abelardo Inclán Sánchez, encargado del Banco ADN de la FGJ, explicó que para obtener un perfil se necesitan 0.5 nanogramos por microlitro.

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Un laboratorio único, afirman

El Banco de ADN trabaja con dos tipos de muestras, la primera es de “referencia”, es decir, cualquiera que se le toma a una persona de la que se conoce su identidad, puede ser saliva o sangre. Y la segunda es de “indicio”, esto es aquella que se obtienen en el lugar de los hechos, puede ser ropa, huesos o cualquier otro objeto.

Cada una de estas muestras se conduce por caminos diferentes en el interior del laboratorio, con lo que se puede analizar cada una en su espacio determinando, que permite que no haya contaminación y menos errores.

Abelardo Inclán Sánchez dijo que los capitalinos deben tener confianza de que los procedimientos están altamente calificados y cumplen con los parámetros de calidad.

El sistema que utiliza este banco se compone de tres etapas principales de un laboratorio: extracción, cuantificación, PCR o reacción de cadena de polimerasa, que va a marcar con colores para que puedan ser visualizadas en electroforesis capilar.

Ingresar al Banco de ADN requiere un proceso, cada uno de los peritos debe entrar a una zona para desinfectarse, colocarse bata, cofia para acceder a su área.

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Exclusivamente cada especialista en investigación forense puede tener acceso a su área de trabajo, no a otras áreas. Para poder trasladar cada una de las muestras lo hacen a través de “exclusas”: unos cuadros metálicos con vidrio que impide el intercambio de aire del exterior.

El encargado del Banco de ADN comentó que el sistema está configurado a tal precisión que puede informar a los peritos que la prueba que ingresaron no cuenta con las características necesarias para poder continuar.

Una vez ingresada, se genera junto a un código y que ningún perito puede saber en qué proceso se encuentra la prueba, únicamente un alto mando.

El Banco de ADN tiene pasillos unidireccionales, ningún perito puede regresar, pues está pensado para que cada uno de los procesos para obtener el perfil genético lleve, a su vez, un procedimiento sin contaminación y errores, por eso en cada área las batas de los especialistas cambian: azul, amarillo y rosa.

Con estos colores y vigilancia continua, los mandos pueden identificar si algún servidor público se involucró en un área que no le corresponde.