Paulina Ahedo huyó de la colonia Del Valle, en la alcaldía Benito Juárez, por la forma como se sentían los sismos desde el decimotercer piso de un edificio, para arribar a la colonia Molino de Rosas, en Álvaro Obregón, donde adquirió una casa luego de preguntarle a la dueña anterior si los temblores eran perceptibles.
Hace 12 años, antes de comprar la vivienda ubicada en la calle Rosa Perla, le dijeron que los sismos en esa parte de la Ciudad eran poco perceptibles; sin embargo, ahora en esa zona se halló la falla geológica Plateros-Mixcoac, que ha originado microsismos con impactos fuertes en su hogar.
“Lo primero que le pregunté a la señora que vivía aquí era si se sentían los sismos. Me dijo que sí se sentían, pero no tan fuertes. Esta casa no tenía grietas, yo la revisé para poderla comprar”, comentó.
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El caso de Paulina es particular, pues su casa quedó con daños visibles en los muros, que con cada microsismo han aumentado.
“Vivimos con terror, no con miedo, con terror. Son golpes muy fuertes y rápidos, ya tomamos medidas. Aquí tenemos cuatro adultos y dos niños, y hay un parte de la casa que no se ha dañado, y tenemos el protocolo de correr a esa parte. Tenemos nuestros documentos a la mano”, expuso la mujer, quien aceptó abrir las puertas de su hogar a EL UNIVERSAL para documentar las afectaciones.
La vivienda tiene visibles daños en los muros, en donde hay anotaciones que han realizado especialistas que han acudido a hacer la revisiones pertinentes, mismas que han permitido a Paulina y su familia seguir viviendo en el inmueble.
“Han venido como unas 30 personas entre ingenieros, de Protección Civil, arquitectos, y la verdad es que el gobierno [de la Ciudad de México] sí nos ha apoyado. Yo hablé con el jefe de Gobierno, Martí Batres, y desde el comienzo él me dijo que no estábamos solos”, expresó.
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El Instituto de Vivienda (Invi), tanto a ella como a otras familias cuyo patrimonio se vio afectado por estos movimientos telúricos, les realizará un proyecto de rehabilitación, por lo que les serán entregados recursos para que puedan iniciar con las obras.
“Mi casa está como alto riesgo, porque me habían puesto un riesgo medio, pero ha seguido temblando, y por lo tanto la casa ya está lastimada. Yo pedí un nuevo informe, vinieron los del Instituto para la Seguridad de las Construcciones, ellos me hicieron otro peritaje y me pusieron alto riesgo. Todos me han dicho que no corre el riesgo que mi casa se colapse, pero puede ser si llega un sismo de cualquier lado”, comentó la vecina.
A pesar de estos peritajes, Paulina dijo que los pilares de su casa no se encuentran dañados, por lo que es posible hacer reparaciones, y señaló que presenta hundimientos por el tipo de suelo de la zona.
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Para ella y su familia la idea no es trasladarse a otra vivienda. Ellos confían en los trabajos que planteará el Invi para su casa, por lo que han tenido que aprender a vivir con los microsismos, entre el miedo.
”No me quiero mover. Yo creo que es una zona segura aquí y con unos buenos cimientos y estructuras fuertes, lo más seguro es que quede bien”, confió.
El proyecto hasta ahora planteado para ella y su familia es que su casa sea inteligente, desde las conexiones hasta la colocación de paneles solares, por lo que recalcaron que todo el apoyo ha venido del Gobierno capitalino y no de la alcaldía Álvaro Obregón, de quien, dijeron, nunca se ha acercado.