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Papalotla, Méx.— Papalotla es el municipio con menos población del Estado de México y con la extensión territorial más pequeña, en el que viven alrededor de 5 mil habitantes y es la localidad de la zona oriente del Valle de México, considerada el epicentro de la pandemia de Covid-19 en el país, con menos contagios y muertes.
Papalotla, que en náhuatl significa “Lugar de mariposas”, es un pequeño municipio de 3 mil 181 kilómetros cuadrados donde hasta el 27 de diciembre, de acuerdo con los datos de la Secretaría de Salud del Estado de México, se han registrado 21 infecciones de Covid-19 y dos defunciones durante todo lo que va de la pandemia.
De acuerdo con las cifras de la Secretaría de Salud federal, hasta el 28 de diciembre se estimaba que solamente un caso estaba activo en Papalotla.
Los rangos de 25 a 29 años de edad y de 45 a 49 son en los que se han contabilizado el mayor número de contagiados, con cinco casos cada uno.
Un menor entre cinco a nueve años; un muchacho entre 20 a 24 años; cuatro jóvenes entre 30 a 34; dos entre 35 a 39, un caso entre 40 a 44 años; uno entre 55 a 59 años; uno entre 60 a 64, uno entre 70 a 74 años y uno entre 75 a 79 años, son todos los residentes de la localidad que han contraído la enfermedad.
Hay rangos de edad en los que no se ha presentado una sola infección de coronavirus, como en otros municipios vecinos en los que prácticamente de todas las edades hay contagiados o se han registrado defunciones.
Obesidad, diabetes, hipertensión y padecimientos cardiovasculares son las principales comorbilidades de los pacientes que se han infectado.
Papalotla es vecino de Texcoco y Chiconcuac, municipios con mayor actividad comercial y movilidad de personas, así como de vehículos, y en esos dos ayuntamientos se presentan más casos de Covid-19.
De acuerdo con la Secretaría de Salud estatal, Texcoco ocupa el lugar 19 en el Estado de México en contagios, al reportar mil 565 casos positivos y 268 defunciones hasta el 27 de diciembre. Por su parte, en Chiconcuac hay contabilizados 122 positivos y 13 fallecimientos.
El alcalde morenista de Papalotla, Rodrigo Ruiz Martínez, atribuyó que no se ha presentado hasta el momento una gran cantidad de contagios de coronavirus porque desde marzo, abril y mayo 90% de los empleados del ayuntamiento no se presentaron a laborar de manera presencial al palacio municipal.
Sin embargo, los servicios públicos no se interrumpieron en ese entonces y ahora tampoco, no obstante el riesgo que enfrentan los trabajadores de esas áreas del gobierno local, dijo en su segundo informe de gobierno.
El edil también consideró que la suspensión de todas las festividades tradicionales ha ayudado a frenar la propagación del virus en Papalotla.
Antonio, propietario de una carnicería que funciona en la cabecera municipal, opinó que no hay tantos contagios porque la mayoría de los residentes sí han acatado las medidas sanitarias que recomiendan las autoridades de salud.
“Por el cuidado que ha tenido acá la gente en el municipio. Todas las precauciones hemos tomado, el gel, el cubrebocas, la sana distancia, todo eso que nos has dicho las autoridades lo hemos cumplido”, comentó el comerciante.
Por esa razón un alto porcentaje de los casi 5 mil habitantes que viven en Papalotla no salen de sus hogares, lo que ha afectado la economía de los negocios establecidos.
Las ventas de Antonio se han reducido más de 50% desde marzo cuando inició la Jornada Nacional de Sana Distancia.
Las calles empedradas del municipio mexiquense catalogado como pueblo con encanto lucen casi vacías de gente y de vehículos la mayor parte del día, lo que ha repercutido en las actividades comerciales.
“Casi no salimos, lo tomamos casi como un toque de queda, sin serlo tan formal porque en este pueblo a las nueve de la noche ya nadie sale de su casa, la gente sale sólo para comprar lo que necesita y se mete luego luego a su casa y casi no viene nadie del exterior a comprar, entonces las actividades comerciales se vinieron para abajo y luego sin que los chamacos vayan a la escuela, pues más pega”, narró a EL UNIVERSAL Ana Luisa Castillo, vecina del municipio.
Pablo de la Cruz es un operador de taxi que ha reducido sus servicios desde que inició la pandemia y ha seguido las recomendaciones sanitarias para evitar contagiarse durante los recorridos diarios que efectúa.
“Yo solamente subo a tres pasajeros, a veces quieren subirse de cinco a seis personas y les digo que no se puede porque nos sancionan, además de que es peligroso para todos porque el virus se nos puede pegar en cualquier momento”, dijo.
