Desde 2020 a la fecha, células del Cártel de Sinaloa , identificadas con Ismael El Mayo Zambada y Ovidio El Ratón Guzmán , hijo de Joaquín El Chapo Guzmán , así como de Rafael Caro Quintero pelean el territorio en la Ciudad de México, no sólo para actividades financieras o de trasiego de droga, sino para distribución y venta, principalmente de cocaína.
Lo anterior se desprende de un informe de inteligencia elaborado por la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la Ciudad de México, con datos de la Secretaría de la Defensa Nacional ( Sedena ), cuya copia posee EL UNIVERSAL , donde se reporta la detención de 49 individuos que van desde jefes de células, operadores financieros y distribuidores de droga con una importante jerarquía.
En el análisis se hace referencia a que la narrativa que sostuvo la administración pasada, que aseguraba que en la Ciudad de México no había delincuencia organizada, resultó contraproducente, pues el negar su presencia, “fueron alicientes importantes para su crecimiento”.
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El 12 de julio pasado, en la detención de un grupo de 14 personas en Topilejo , en la alcaldía Tlalpan, ligado con Ovidio Guzmán y llamado Los Chapitos, en la indagatoria se identifica que operaban en la Ciudad de México desde hace tres meses y buscaban apoderarse de las narcotiendas de la capital, por ello “empezaron a secuestrar a personas que ya vendían droga, para que trabajaran para ellos”.
El informe da evidencia de la disputa al interior del Cártel de Sinaloa y Sonora y que llegó a la CDMX.
El 11 de junio de 2020 fue asesinado en la habitación 3304 del Hotel Intercontinental, en Santa Fe, Juan Antonio Valenzuela Ortiz, quien era del Cártel de Sinaloa y traficaba droga en Tijuana, Guadalajara, Ciudad de México y Los Ángeles, California.
Detienen a nueve integrantes de Los Sinaloa cuando distribuían droga para su venta en Tepito.
Era sobrino de Luis Gabriel Valenzuela y/o Julián Grimaldi Paredes , presunto operador logístico de El Mayo Zambada.
En octubre del 2021, en la colonia Nápoles, en la alcaldía Benito Juárez, fueron detenidos tres sicarios de un grupo que opera en Tijuana, Baja California, que habían sido enviados a la Ciudad de México por El Flaco, para ejecutar al hermano menor de Los Chapitos , puesto que lo habían localizado en la capital del país con dos escoltas y que se movía en vehículos Mercedes-Benz y Land Rover blindados.
Fuentes consultadas identifican a El Flaco como lugarteniente de El Mayo Zambada, y que el objetivo que iban a atacar se movía en Polanco, la Zona Rosa y el área boscosa de Tlalpan.
El análisis de las autoridades revela que para el Cártel de Sinaloa, “la Ciudad de México es vista como un punto neurálgico donde todo confluye”, apto para manejar un mercado de consumo bastante lucrativo, y además es identificado como un punto central para la distribución de drogas hacia otras zonas del país, así como para Estados Unidos .
Gracias a eso, la actividad económica de los cárteles transnacionales permite la recaudación de grandes cantidades de dinero y el lavado de dinero. Incluso detectaron que operan como empresas que tuvieran actividades lícitas.
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Es detenido Luis Irminger por distribuir droga y afirma ser familiar de Ovidio Guzmán.
La primera gran detención de integrantes de Los Sinaloa se realizó en esa zona, el 29 de abril de 2020, cuando nueve personas fueron capturadas cuando distribuían droga para su venta en la zona de Tepito-Morelos , en la alcaldía Cuauhtémoc, y esto alertó a las autoridades de la presencia de este grupo.
En 2021 hubo capturas importantes. El 13 de enero fue capturado Marco Antonio Munguía Villarreal , en Polanco, identificado como generador de violencia en Sinaloa y Sonora, y traficaba drogas bajo la protección de El Mayo Zambada.
Pactaba la compra de grandes cantidades de cocaína con grupos locales. Vendía los cuadros de coca en 15 mil 900 dólares, y se estima que el mes de su captura obtuvo ganancias por más de un millón 700 mil dólares.
Fuentes consultadas refieren que esta detención permitió la irrupción de Los Chapitos en la Ciudad de México, pues todavía intentan ocupar los puntos de venta y las rutas que estableció Munguía Villarreal.
Para el 18 de enero del 2021, se volcó una camioneta Dodge Hyundai blanca en un camellón de Avenida Río San Joaquín con mil 200 kilogramos de cocaína. Autoridades federales atribuyeron que el cargamento pertenecía a Rafael Caro Quintero.
El 31 de enero de 2022, en la alcaldía Venustiano Carranza, se detuvo a Luis Irminger Moreno por el delito de narcomenudeo, quien aseveró pertenecer al Cártel de Sinaloa y ser familiar de Ovidio Guzmán. Distribuía drogas en distintos puntos de la capital del país.
Vuelca camioneta en Río San Joaquín con mil 200 kilos de cocaína, propiedad de Caro Quintero.
Otros reportes de inteligencia indican que Los Chapitos se asentaron en la zona boscosa del Ajusco, mientras que la gente de El Mayo se ha ubicado en Cuajimalpa, Benito Juárez, Miguel Hidalgo y Cuauhtémoc, donde tienen sus principales bodegas de almacenamiento de drogas y donde también las etiquetan para su identificación, así hay “ladrillos” de cocaína con marcas de tequila, equipos de futbol, de refrescos, de animales y los más recientes vienen sellados al vacío con logotipos de autos.
Así se estableció también que el Cártel de Sinaloa importa cocinas de Guatemala, Ecuador y El Salvador a través de la empresa “Chiquita Brands International” quienes atreves de cargamentos de plátanos, papas, aguacates y otras frutas y verduras hacen llegar la mercancía a la Central de Abastos y de ahí, salen con dirección a los Estados Unidos. Esta empresa cuenta con ferry en Chiapas y “taxis aéreos” en el aeropuerto de Toluca, sus principales operadores Iván Pérez Serrano y Sandra Barrios “La Tía” capturados apenas en noviembre del año pasado.
La guerra que sostienen “El Mayo Zambada” y “Los Chapitos” por adueñarse de la Ciudad de México ha dejado una estela de muertes de al menos 75 víctimas –del 2020 a la fecha- todos murieron en condiciones violentas, algunos cadáveres fueron reclamados por sus familiares en Sonora, Tijuana o el propio Sinaloa, otros se quedaron en la fosa común pues nadie pregunto por ellos en el Servicio Médico Forense.
Ante este panorama, el reporte indica que “las autoridades (pasadas) hacían malabarismo dialéctico para no hablar de un problema que incendiaba el resto del país, bajo la idea de que la Ciudad de México era una burbuja al margen de lo que pasaba en el resto de México”.
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