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La alcaldía de Iztapalapa asegura que sí hay resultados; los concesionarios dicen que se redujeron hasta la mitad los asaltos, y los usuarios se mantienen a la expectativa sobre la permanencia del acompañamiento de los policías auxiliares en ocho rutas de microbuses.
Así ha avanzado desde diciembre el Operativo de Transporte Seguro al oriente de la Ciudad de México. Al inicio sólo las rutas 14 y 37 tenían el acompañamiento de 40 policías en sus unidades y después se sumaron 100 agentes para abordar las rutas 119, 9, 71, 31, 74 y 86.
De acuerdo con cifras proporcionadas por la alcaldía —recopiladas por la Fiscalía Desconcentrada— en los meses de diciembre y febrero hubo 21 denuncias por robo a transporte en seis colonias, de las cuales hubo nueve detenciones.
Miguel Cortés, representante de la ruta 37, asegura que antes del operativo había hasta ocho asaltos diarios y ahora son dos por semana: “Los días que los policías andan en las unidades obvio se inhibe mucho el asalto, sí funciona, pero desafortunadamente [por ejemplo] un día le toca a la zona de Teotongo y no hay en Ejército de Oriente, [porque] se andan moviendo… Entonces, con los 140 policías no se cubre la necesidad, pero de que funciona, funciona”.
Este operativo está basado en la información que ofrecieron los concesionarios de las rutas, quienes identificaron los 58 puntos más peligrosos de al menos seis colonias de Iztapalapa. El dispositivo abarca dos tipos de vigilancia; la de los oficiales en los camiones, y la revisión de las pertenencias de los pasajeros en los retenes instalados sobre Zaragoza.
Mientras la mayoría de las rutas tienen su paradero en la estación Constitución de 1917 de la Línea 8, la ruta 9 sale desde el metro Acatitla de la linea A. En ese punto se encuentran colonias con unidades habitacionales, escuelas, parques. Todos, puntos peligrosos para los choferes de los microbuses.
Una pasajera de nombre Ana Lilia, madre de familia y vecina, dice que dejó de cargar con su celular por los asaltos continuos. El jueves de la semana pasada fue la segunda ocasión en la que veía este tipo de operativo, pero duda de su eficacia: “Yo opino que es bueno y a la vez malo, bueno porque es una forma en que ellos [los asaltantes] se midan un poquito más en hacer las cosas. Malo porque sólo lo hacen por un momento, al rato lo dejan de hacer y los mismos rateros se dan cuenta y siguen en lo mismo”.
Ante estas inquietudes la alcaldesa, Clara Brugada, responde que operativamente no es posible cubrir todas las unidades: “No nos daría la vida tener policías en todos las unidades, son mil 511 las que ahorita estamos monitoreando, entonces esto es lo que se tiene que entender. Obviamente a la gente no podemos explicarle a detalle, pero pues va entendiendo que los policías se suben y que tienen que durar ahí aproximadamente 30 minutos”.
Además, recuerda que este operativo es sólo una fase para lo que sigue: las cámaras en todos los camiones, cuya ruta se podrá monitorear por una aplicación: “Ahora nuestra tarea es tratar de bajar la incidencia —todo eso se tiene que reflejar en números, no son todas las rutas, que son ocho—, es la videovigilancia, es preparar las videocámaras y no sólo se va a depender del policía”.