El Código Nacional de Procedimientos Civiles y Familiares, cuya primera fase entrará en vigor el próximo 1 de diciembre, ofrece una visión renovada de la justicia; más cercana a las personas, más eficiente y equitativa, consideró el encargado de despacho en la Fiscalía de la Ciudad de México, Ulises Lara López.
Así lo expuso al participar en la inauguración del Congreso Nacional: “Distintas perspectivas del Código Nacional de Procedimientos Civiles y Familiares”, que se llevó a cabo en el Colegio de Notarios de la Ciudad de México, el fiscal en funciones dijo que este documento persigue agilizar los procedimientos, y brindar una respuesta rápida y efectiva a las necesidades de las y los ciudadanos.
Tras considerar que la implementación de dicho código representa una de las reformas más importantes en materia de justicia en los últimos años, habló de la necesidad de divulgarlo y explicarlo a la ciudadanía, porque “estamos anclados en narrativas anteriores a lo que era el sistema” e instó a hacer “de la justicia una tarea pedagógica”, porque si se quiere que esa justicia sea cercana para los ciudadanos, se tiene que hacer que se entienda.
De lo contrario, estimó, se quedarán en el imaginario los procedimientos largos, de las dificultades de acceso a las y los ciudadanos, de la falta de uniformidad en los criterios aplicables. “En suma de la percepción del ciudadano promedio de que el sistema de justicia es ininteligible”.
Ulises Lara indicó que otro reto que enfrenta este nuevo sistema es la falta de presupuesto. Consideró la necesidad de dar mayor presupuesto a las instituciones públicas porque, de lo contrario, no funcionaría adecuadamente. Subrayó que se necesita un esfuerzo enorme para trabajar y que cada vez va a ser más necesario pensar que si le ponemos mucho dinero a la parte de la seguridad mejorarán nuestros sistemas y procedimientos para contener y disminuir la criminalidad.
Agregó que una de las tareas que más le llaman la atención es que este modelo promueve la conciliación y los métodos alternativos de solución de conflictos, que no es muy común entre las y los ciudadanos y los problemas cotidianos, pues la manera de pensar, todavía es buscar la revancha o que el otro pague el agravio o la ofensa y lo que se espera es que el juez castigue. “No estamos, todavía en una cultura de la conciliación”.
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