Para Jaime Hernández Miranda, de 62 años, tomar clases de programación de páginas de internet y desarrollo de software ha sido un reto, sobre todo por el hecho de tener que aprender el lenguaje computacional para alguien que prácticamente nunca ha tenido contacto con la tecnología.
Sin embargo, a lo largo de los más de dos meses que lleva estudiando en la Escuela de Código de Pilares Agrícola-Pantitlán, Jaime ha encontrado un espacio para desarrollar habilidades que nunca había tenido y aprender a aplicarlas en su profesión como docente.
“Yo me siento muy a gusto con la maestra que tenemos, porque a pesar de que hay compañeros como yo que somos mayores y no tenemos los conocimientos básicos para usar tecnología, nos lleva de la mano a todos por igual (...) Yo tomé el curso principalmente para apoyar mi trabajo como profesor y poder encontrar formas de calificar a mis alumnos más fácilmente”, explicó.
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Jaime es uno de los más de 8 mil 700 estudiantes del programa de Escuela de Código de Pilares, que tiene como objetivo impartir conocimientos de programación y desarrollo de software de forma gratuita para los habitantes de la Ciudad de México.
De acuerdo con Eduardo Clark, titular de la Agencia Digital de Innovación Pública de la Ciudad de México —área encargada de crear el plan de estudios de la escuela—, la idea detrás del proyecto comenzó desde el inicio de la actual administración, a la par del programa de Pilares, pero fue hasta 2021 cuando tomó forma y surgió la primera generación en abril de 2022.
“Una cosa que nosotros siempre sentimos desde el inicio de la administración y se le comentó a la doctora [Claudia] Sheinbaum [entonces jefa de Gobierno] era la oportunidad de utilizar estos espacios para enseñar habilidades que tal vez en este momento fuera del sector público apenas están creciendo, pero que proporciona a los jóvenes oportunidades mucho más interesantes de desarrollo profesional. Particularmente temas que tuvieron que ver con el desarrollo de la tecnología”, expuso.
Actualmente, las escuelas de código ya han formado a 19 generaciones de alumnos: un total de 8 mil 756 estudiantes desde que dio inicio el programa, de los cuales 5 mil 870 han sido regulares a lo largo de los talleres y 2 mil 700 terminaron el tronco común, precisó Eduardo Clark.
A lo largo de las sesiones que imparte la Escuela de Código se les enseña a los alumnos en distintos módulos los conocimientos básicos para entender el lenguaje y proceso de programación, comenzando con la enseñanza del pensamiento computacional para después aprender las bases del desarrollo de páginas web, manejo de bases de datos para finalmente aprender a operar Python y Java, dos de los programas más importantes para el desarrollo de software.
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Sin embargo, la enseñanza no termina ahí. Una vez que los estudiantes hayan concluido estos módulos, se les da la opción de certificarse dentro de dos programas: Spark AR, especializado en el desarrollo de realidad aumentada y otro que se imparte con el apoyo de Huawei para el desarrollo de aplicaciones móviles.
Una de las principales consignas del proyecto era crear un ambiente estudiantil lo más incluyente posible y darle acceso al conocimiento tanto a hombres como a mujeres, jóvenes y adultos mayores, por lo que actualmente la institución cuenta con 60% de estudiantes masculinos y 40% femeninos.
Oportunidad laboral
Susana Torres comenzó a estudiar en el programa de Escuela de Código de Pilares en 2022 y nunca pensó que terminaría siendo coordinadora de talleristas del mismo programa, que tendría en menos de dos años dos certificaciones avaladas por la empresa Huawei en desarrollo de software y menos que terminaría dedicándose a algo completamente diferente a su carrera.
“En un año, poquito más, pasé de ser estudiante, después docente de la escuela, luego tomé los cursos avanzados y ahora soy la coordinadora de los maestros de la escuela (...) nunca imaginé ni siquiera ser profesora. Todo fue de repente y me siento muy contenta de que se hayan abierto estas oportunidades tan rápido en mi vida”, realtó.
Susana terminó sus estudios en Química en la UNAM e, incluso, estudió la maestría en esa misma área, aunque decidió incorporarse al programa de estudios de Escuelas de Código para complementar sus conocimientos y poder desarrollar programas para ayudarla en su profesión, sin saber que esto cambiará en gran medida su futuro profesional.
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Así como Susana, más de 100 estudiantes recién egresados de la Escuela de Código han conseguido trabajo en plazas del mismo Pilares, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y empresas privadas, mientras que otros han encontrado mejores puestos en sus trabajos gracias a sus conocimientos adquiridos, según afirmó Jesús Alanís Manrique, subdirector de Desarrollo de Competencias Técnicas de Pilares.
A pesar de los conocimientos que se imparten en las Escuelas de Código, Eduardo Clark precisó que la intención no es competir con las grandes universidades que se dedican a la enseñanza de programación digital.
“No estamos tratando de competir con las universidades, pero sí estamos tratando de competir con escuelas de programación privadas, (...) lo que no estamos ofreciendo porque va más allá del modelo de Pilares es una institución validada por la Secretaría de Educación Pública (SEP)”, señaló.
Aún así, afirmó que uno de sus principales objetivos con el programa es llevarlo lo más lejos posible y expandir el alcance de las escuelas a 147 de los casi 200 Pilares que ya se encuentran en toda la Ciudad de México.