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“No voy a huir. Yo seguiré luchando porque defender mi vida no es un delito, era él o yo”, asegura Roxana Ruiz a EL UNIVERSAL a unas horas de que una jueza del Poder Judicial mexiquense, radicada en el penal de Neza-Bordo, establezca una condena, luego de que la semana pasada fue declarada culpable por el delito de homicidio simple con exceso de legítima defensa en contra de su violador.
De 23 años de edad, la mujer originaria de Oaxaca describe que vive con el pesar de haber asesinado a su agresor sexual, “pero era su vida o la mía”.
“Me siento triste porque es el cumpleaños de mi hijo y no puedo estar con él. Hoy [domingo 14 de mayo] cumple seis años. Es doloroso no poder estar con él y más en estos momentos; ya quiero que esto se termine”, cuenta la joven, quien porta un cubrebocas durante la entrevista.
Recuerda que, desde un inicio denunció que las autoridades no la trataron como una víctima, sino como una delincuente.
“Conté todo, no corrí, les dije que abusó de mí, pero no me hicieron las pruebas ginecológicas y sicológicas necesarias. La fosfatasa ácida para determinar si hubo violación salió negativa porque la realizaron 40 horas después y no inmediatamente porque ésta sólo puede ser vista en un lapso de 16 horas”.
"Otras mujeres me han dado fuerza"
Hoy Roxana tiene miedo. Ha sido amenazada. También, dice, lo han sido sus compañeras de la Asamblea Vecinal Nos Queremos Vivas Neza, colectivo que “desde que conocieron mi caso me creyeron y me han apoyado. Ellas y otras mujeres me han dado fuerza y ánimo para no irme abajo. ¿De qué serviría esta lucha si decido irme o quitarme la vida? No sólo es mi esfuerzo sino el de todas las que han alzado la voz.
“No quiero volver allá, a la cárcel, no quiero separarme de mi hijo y de mi familia. No pienso quedarme callada, sólo quiero justicia. Las mujeres no tendríamos que pasar por estas cosas. Nuestra ropa o la hora a la que salimos de trabajar no es un motivo para que nos falten al respeto o que nos agredan.
“Alguien que sufre violencia sexual no debería estar encerrada por defenderse”, sentencia.
El 8 de mayo de 2021, Roxana salió a trabajar. De regreso a casa se encontró a una conocida y un grupo de personas que no conocía, entre ellos, Sinaí.
Este hombre le pidió asilo, con el pretexto de que no quería irse hasta su casa por la inseguridad del Estado de México: “Mi error fue irme por una calle distinta a la que siempre tomaba”.
Roxana espera que las autoridades revisen el caso con perspectiva de género: “Quiero reacomodar mi vida, porque ni trabajar puedo; quiero que esto termine y poder ser feliz con mi hijo”.