Ecatepec, Méx.— Muy temprano despertaron Emily, Valery y Carlitos. Desde su cuarto corrieron hasta la sala de su casa para ver lo que les habían dejado los Reyes Magos.

A los niños, de siete, 10 y dos años, respectivamente, les llevaron los obsequios que pidieron y los tres estuvieron felices. “Creo que nos hemos portado bien”, dijo Carlitos.

Antes, el 5 de enero, los tres pequeños escogieron juguetes para regalárselos a Guadalupe, Osvaldo, Rodolfo, Esmeralda, Fernando y Blanca, de 12, 10, nueve, seis, cuatro y dos años, quienes viven en una casa de cartón en el asentamiento irregular La Cuesta.

“Quisimos que este día tuvieran una alegría. Sabemos que no tienen mamá, entonces les dimos de nuestros juguetes”, explicó Emily.

La mamá de los seis niños ecatepenses murió hace unos meses por una infección en las vías urinarias que no pudo atenderse por falta de dinero y ahora los menores son cuidados por la abuela y su padre.

Los regalos de Emily, Valery y Carlitos, así como de otros vecinos, llegaron a esa franja urbana marginada.

Pero además de los seis hermanos, se congregaron decenas de niños que viven en pobreza. Para ellos también hubo sorpresas: policías municipales se encontraron a los Reyes Magos y éstos les dieron regalos para que los llevaran a La Cuesta.

Las sonrisas infantiles se multiplicaron en este lugar, donde hace falta de todo, pero este Día de Reyes todos los niños fueron felices.

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