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En menos de dos semanas, en una de las entradas a un edificio asesinaron de dos tiros a una vecina, a otra le clavaron un cuchillo al ser asaltada y un tercero fue víctima de robo. Todo esto sucedió en la colonia Unidad Cuitláhuac, de la alcaldía Azcapotzalco.
Así lo reportan los inquilinos y dueños de este conjunto de departamentos que se dividen en cuatro manzanas. Desde hace tiempo, aseguran, son blanco de los delincuentes, quienes no sólo disparan durante la madrugada, también cometen robos con violencia, de autopartes, vehículos y homicidio.
El caso de Laura, la mujer asesinada, alertó a todos. Ella fue baleada en la planta baja de su torre de departamentos el 8 de abril, alrededor de las 21:00 horas. Quienes estaban esa noche en sus hogares escucharon las detonaciones y salieron para ver lo sucedido: ella aún sostenía en las manos las llaves de la puerta.
Su hermano fue quien llamó a los servicios de emergencia, pero los dos balazos que le dieron fueron mortales. Su homicidio es un misterio, ya que cuando la encontraron tenía su celular y monedero, pero no su bolso. Además, ella no gritó, o no tuvo tiempo, piensan los habitantes.
Días después de la muerte de Laura, quien vivió durante la última década en la unidad y siempre tuvo un trato amable, los que la conocieron y otros vecinos se mostraron preocupados por la inseguridad.
La administradora de la manzana 3, Alejandra Reyes, dio un recorrido a este diario por las áreas comunes. Reyes explica que tan sólo ella es encargada de mil 400 departamentos, lo que requiere un trabajo de 24 horas los siete días de la semana.
Reyes dice que sí hay seguridad en la zona, pero los policías no son suficientes: “Desgraciadamente son muy pocos, a veces cuatro. Están desde la Unidad Ferrocarrilera hasta acá y no es suficiente”.
Justo cuando camina entre los pasillos angostos de la unidad, un agente se acerca con alarmas vecinales sobre los hombros. Él dice que las reparte a los departamentos y la administradora respalda su versión.
La vigilancia por parte de los elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, cuenta Reyes, consiste en dar recorridos a pie o entrar a la unidad en bicicleta. Al ser un espacio limitado, no ingresan con patrullas.
“La unidad es bastante grande y los elementos de seguridad no se dan abasto, no es que no lo trabajen… es que no son suficientes”, dice.
Además, comenta que hay factores que propician que los delincuentes actúen en dicho territorio, como que alrededor de la manzana suelen estacionarse vehículos pesados que llevan mercancía a la aduana, lo que obstaculiza la visibilidad; que los jóvenes entren a las instalaciones a consumir bebidas alcohólicas y que pueda entrar cualquier automóvil al estacionamiento sin que el conductor deba identificarse.
Las cámaras de los vecinos destaparon un modus operandi para el robo de autopartes: ingresa al estacionamiento un conductor que finge que hace reparaciones. Al caminar entre los carros aprovecha para robarse los espejos, por ejemplo.