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“Me sentí como un escudo humano, las mujeres fuimos un escudo humano”, relata Berenice Fregoso, fotógrafa de EL UNIVERSAL, sobre el momento en el que resultó lesionada cuando lanzaron petardos y bombas molotov frente a las puertas de Palacio Nacional, causándole quemaduras de segundo grado en un brazo y una pierna.
Sonriente y de buen humor, la fotógrafa está deseosa de retomar sus actividades laborales. “Esto no me para”, dice en entrevista, al tiempo que alza sus brazos.
“Ya quiero regresar. He tenido mucho apoyo de la empresa (...) Me he sentido muy arropada. No me va a parar esto, al contrario, a mí me genera un compromiso de a la siguiente [marcha] ir con los ojos más abiertos”, menciona.
Berenice Fregoso fue asignada a la cobertura de la movilización que partió del Monumento a la Revolución al Zócalo capitalino. “Yo quería cubrir esa marcha. Estaba consciente de que iba a un acto histórico, quería documentarlo bien, desde mi mirada femenina”.
Al momento de la explosión resultó con heridas de segundo grado en el brazo izquierdo, así como en en la pierna y tobillo derechos, donde los médicos que la atienden valoran si es necesario hacerle un injerto de piel.
Recuerda que se sintió muy cómoda durante la marcha captando las imágenes de las asistentes, incluso cuando se presentaron los actos de vandalismo pudo trabajar sin problema alguno.
Dice que las del Bloque Negro estaban muy organizadas y tenían sus códigos de comunicación.
En la plancha del Zócalo, donde sucedió el incidente, menciona que una mujer actuó sola lanzando la bomba molotov, por lo que algunas de sus compañeras también resultaron con quemaduras.
“Vi el flamazo, fue un estruendo inusual. Una chica estaba poniendo una manta en la Puerta Mariana y empiezo a retratarla. Cuando se escucha la detonación.
“Vi mis pantalones arder. Las chicas empezaron a querer apagarme y yo no quería que ellas resultaran heridas también, porque era combustible y por eso me alejé. Al momento no sentí el dolor, estaba en shock. Sólo pensaba en la cámara, la tarjeta (memoria)”, relata.
Al verla en llamas, quienes estaban a su alrededor le gritaban que rodara, pero dudó por el equipo que traía, “ya después me aventé”.
Recuerda que se sintió como un escudo humano protegiendo a las demás y que fue muy raro la forma en que aventaron la bomba, porque incluso las más radicales se cuidaban mucho.
Berenice pide a las autoridades que se revisen los videos de las cámaras que se encuentran en Palacio Nacional y que se esclarezca lo sucedido el domingo.
Dice que lo ocurrido el 8 de marzo va en contra de lo que se pedía en la marcha y busca desvirtuar la causa de la misma. Advierte que ella no va a parar ni a dejar de admirar a las mujeres.