Las investigaciones de la fiscalía capitalina para esclarecer e imputar al o los responsables de la exhumación del cadáver del bebé Tadeo del panteón San Nicolás Tolentino, en Iztapalapa, continúan. Durante las primeras entrevistas realizadas al personal que labora en ese lugar, han referido “no tener idea” de cómo se pudieron robar el cuerpo.

Los panteoneros se excusaron argumentando que el predio es muy grande y no les da tiempo de estar al pendiente de todo, además, “hay muchos lugares por donde se puede entrar” y han asegurado que ni uno de ellos está involucrado en el hecho.

Esto, aunado a que en los alrededores del panteón no hay registros de cámaras de vigilancia del C5 ni particulares, complica la indagatoria, por lo que se mantiene una colaboración estrecha con el interno en el penal de Puebla y a quien —supuestamente— le llegó el cadáver, pues tendrá que explicar quién se lo envió y para qué. Gracias a los peritajes en la tumba, se sabe que pudieron utilizar al menos un pico y dos palas para exhumar el cadáver.

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