A tres días de la explosión por acumulación de gas LP en una vecindad de la colonia Pensil, en Miguel Hidalgo, el gobierno capitalino confirmó ayer la segunda muerte por este hecho, y se trata de José Antonio Santos Ávila, de 82 años de edad.

De acuerdo con la Secretaría de Salud capitalina, Santos Ávila se encontraba internado en el hospital Rubén Leñero y su estado de salud era delicado por las lesiones que sufrió.

Este deceso se suma al de Marlén Santos Rodríguez, de 20 años de edad, quien fue la primera víctima mortal de la explosión.

José Antonio Santos Ávila es tío del padre de Marlén Santos. De acuerdo con sus familiares, el señor presentó quemaduras de primer a tercer grado en todo el cuerpo. Se reportaba estable, pero fue intubado.

En ese sentido, Antonio Hernández, tío de Gabriel Santos, padre de Marlén, dijo que su familiar de 82 años de edad se encontraba en terapia intensiva con un diagnóstico no favorable, pero pese a ello, no perdían la esperanza de que se recuperara.

“Teníamos mucha fe de [que ocurriera] un milagro”, comentó Antonio Hernández en diversas ocasiones al ser entrevistado por este diario.

A través de su cuenta de Twitter, la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, externó sus condolencias a la familia y recalcó su apoyo a través de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas de la Ciudad de México.

El secretario de Inclusión y Bienestar Social (Sibiso) de la Ciudad de México, Carlos Ulloa, informó que hasta la mañana de ayer lunes, cuatro personas estaban hospitalizadas por esta explosión, de las cuales dos estaban en el ISSSTE y otros dos en el Rubén Leñero.

Ayer, las 27 familias afectadas, a quienes se les da un apoyo de 3 mil pesos para renta, tuvieron una reunión con personal del Instituto de Vivienda de la Ciudad de México (Invi), el cual se encargará de la expropiación de un predio para que el próximo viernes 19 de noviembre se realicen los convenios de cada uno de estos espacios, y el lunes 22 de noviembre se presentará el proyecto ejecutivo de lo que sería la nueva vivienda de las personas.

Por su parte, los afectados dijeron que esperan que las autoridades no los abandonen, al revelar que de momento no tienen un techo, y aunque se habilitaron los albergues, dijeron que esa es una solución momentánea, y ellos quieren regresar a sus casas.

Revelaron que ni uno cuenta con seguro de vivienda ni de empleo, por lo que también están preocupados por la falta de ingresos fijos: “Con la experiencia de otros accidentes, como el de la Línea 12 y lo del Chiquihuite, no sabemos qué pensar, lo único que queremos es que de verdad nos ayuden porque perdimos todo”, dijo Ulises, quien vivía en uno de los domicilios siniestrados.

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