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Un interno del Reclusorio Oriente murió la tarde del domingo luego que fuera agredido a golpes —aparentemente por otros internos— en el área de los pasillos centrales del penal; al sujeto, identificado como Felipe Santiago Gaspar, de 47 años, lo encontraron los custodios y de inmediato solicitaron ayuda médica, pero en el penal no lo pudieron atender debido a la gravedad de sus lesiones, además de que los médicos del lugar argumentaron que las heridas que tenía eran de consecuencias graves.
Luego de ese “diagnóstico”, los guardias decidieron trasladarlo al Hospital Rubén Leñero con la ayuda de una ambulancia; según el registró de salida, los paramédicos partieron del Reclusorio Oriente a las 12:20 horas, y al llegar al centro médico antes mencionado, les dijeron que no lo podían atender ahí porque no había neurólogos, entonces se dieron a la tarea de buscar otro hospial cercano, pero tampoco lo quisieron recibir. Al no tener más opciones, los paramédicos y custodios optaron por regresarlo; sin embargo, ya habían pasado tres horas.
Durante todo ese tiempo, el convicto nunca recibió la atención médica requerida, a decir de la bitácora, apenas le inyectaron suero vía intravenosa y una solución para que pudiera soportar el dolor, pues el cráneo y el rostro los tenía destrozados; además, presentaba golpes contusos en varias partes del cuerpo, lo que según el peritaje preliminar, revela que lo golpearon y arrastraron por todo el pasillo del Reclusorio Oriente, hasta dejarlo mal herido e inconsciente.
De regreso al penal, el interno empezó a convulsionarse y a perder la conciencia. Paramédicos de la Cruz Roja certificaron su muerte a las 15:50 horas; nunca recibió la atención médica requerida y hasta el momento, se desconoce quiénes lo agredieron a golpes en medio del día de visitas. Por este hecho la procuraduría capitalina inició la carpeta de investigación FIZP/FIZP-8/UI-3CD/29892/10-2019, para des-lindar responsabilidades y en todo caso, imputar a los funcionarios del Sistema Penitenciario capitalino, por, posiblemente, fallar en los protocolos de actuación en cuestión de salud.
De manera preliminar se entrevistó a los custodios encargados de vigilar el área donde encontraron golpeado al convicto, quienes en sus primeras declaraciones aseguraron que nunca se dieron cuenta del incidente y qué, incluso, desconocen cómo es que el interno se lastimó el cráneo; además, dijeron que ninguno de los otros convictos reportó nada “extraño”. Los peritos de la procuraduría capitalina solicitaron el acceso a las cámaras de seguridad del penal, así como una inspección ocular en el área donde sucedieron los hechos.
Sin embargo, los encargados del Reclusorio Oriente les negaron el acceso a los especialistas de la PGJ-CDMX, con el argumento de que era horario y día de visita y no querían alertar a los familiares de los internos de lo sucedido, pues apenas el mes pasado se registró una riña, la cual provocó la molestia y preocupación de los familiares de internos.
Los primeros avances en la investigación no descartan que este nuevo homicidio en ese centro de reclusión sea un ajuste de cuentas entre las pandillas rivales que se dedican a la extorsión, la venta de drogas y a “regentear” los espacios —pasillos y celdas— de ahí mismo, pues durante el motín pasado, quedó en evidencia la diferencia entre La Unión Tepito, liderada por El Betito, ahí recluido, y los seguidores de El Duke, quien a decir de las autoridades tiene el control de todo el Sistema Penitenciario capitalino.