Todos miraban el tablero donde se refleja la votación de los diputados. Era el momento definitivo y los legisladores de oposición se sorprendieron porque vieron que en color verde, es decir, a favor, aparecían los sufragios de la vicecoordinadora del grupo parlamentario del PRI, Mónica Fernández César, y de Wesly Chantal Jiménez, diputada suplente de Silvia Sánchez Barrios, la hija de la lideresa Alejandra Barrios.

En el lado morenista gritaban “¡Ernestina!, ¡Ernestina!” y levantaban el puño. Al final, esos dos votos no fueron suficientes para lograr los 44 que requerían los diputados de Morena para ratificar en el cargo, por cuatro años más, a la fiscal capitalina Ernestina Godoy. Tres votos fueron la diferencia.

Y es que luego de poco más de dos horas del razonamiento del sufragio de 13 legisladores, llegó el turno de la votación, por lo que los gritos de “¡Ernestina!, ¡Ernestina!” de las personas que la apoyaban dentro del salón de plenos y diputados guindas retumbaron.

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El tumulto fue tanto que la presidenta de la Mesa Directiva, la panista Gabriela Salido, llamó al orden para poder escuchar el resultado de la votación, que fue dado a conocer por la secretaria, la diputada morenista Marcela Fuente.

Al escuchar 41 votos a favor y 25 en contra, los gritos a favor de la fiscal subieron de tono por lo que, de nueva cuenta, Salido llamó al orden y fue cuando dijo las palabras que devolvieron el aliento a la oposición y poco a poco apagaron el grito de “¡Ernestina!”.

“En consecuencia, no se aprueba el dictamen que presenta la Comisión de Administración y Procuración de Justicia. Notifíquese al jefe de Gobierno, al Consejo Judicial Ciudadano, ambos de la Ciudad de México, para los efectos legales que haya lugar”, dijo Salido y los aplausos, sonrisas y ¡vivas! de los panistas por fin llegaron.

Sin embargo, había zozobra y shock entre los diputados priistas al darse cuenta de que dos de sus diputadas habían votado a favor de la ratificación de la fiscal: Mónica Fernández César y Wesly Chantal Jiménez. Lo calificaron como una traición.

Nadie volvió a ver a Fernández César después de la votación. Los diputados y asesores que estaban cerca de ella comentaron que al prenderse el tablero electrónico votó, agarró sus cosas y emprendió la huida antes de que se diera a conocer el resultado.

Nadie sospechaba de ella, pues el mismo domingo estuvo acompañando a Alejandro Moreno, líder nacional del PRI, en un mensaje en el que reiteraron su postura en contra de la ratificación.

En tanto, Wesly Chantal Jiménez se quedó hasta el final del proceso y después de algunos minutos salió a toda velocidad del salón de plenos, se encerró en las oficinas del PRI y ya no se supo más.

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