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Los microsismos registrados recientemente en las alcaldías Miguel Hidalgo y Álvaro Obregón son causados por diversos fenómenos naturales o humanos, como las lluvias de los últimos días, la explotación del acuífero, grandes construcciones de edificios, hundimientos y, sobre todo, por fallas geológicas que cruzan la Ciudad de México, coincidieron el Gobierno local y el Servicio Sismológico Nacional (SSN).
Sin embargo, el secretario de Obras y Servicios (Sobse) capitalino, Jesús Esteva, descartó que por estos movimientos telúricos estén en riesgo de colapsar edificios u obras públicas, tampoco que estas construcciones sean el detonante de estos microsismos, “más bien son las fallas geológicas que los generan, porque donde existen fallas, es un hecho que ocurrirán sismos, pero de su magnitud o cuándo sucederán éstos, todavía no puede establecerse”, explicó el funcionario.
“Mi tesis de maestría de ingeniería fue justamente sobre ese tema”, recordó el secretario y coincidió con los especialistas del SSN sobre que los microtemblores son debido a las fallas geológicas en el subsuelo de la capital, aunado a la constante extracción del acuífero y a grandes construcciones.
“Aunque en estos dos últimos aspectos diría que no son el detonante, pero pudieran contribuir en ello, pero lo veo difícil. Más bien es por la liberación de energía en estas fallas que están en gran parte de la capital”, comentó el funcionario a EL UNIVERSAL al concluir la supervisión de la rehabilitación del camellón de calzada Camarones.
En tanto, la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil capitalina estableció que los microsismos pudieran ser originados por las constantes lluvias, además del sistema de fallas geológicas, por lo que, anunció, permanece coordinada con el Instituto de Geofísica de la UNAM y el SSN.
En conjunto, los especialistas coincidieron en señalar que las causas de los movimientos de la tierra pueden ser variados, desde explosiones, hundimientos o movimientos de fallas a consecuencia, por ejemplo, de intensas lluvias.
“Han sido microsismos poco profundos asociados a las condiciones geológicas existentes en dicha zona. No han tenido consecuencias ni daños en el patrimonio de la población. La cercanía del epicentro y la poca profundidad del mismo es la causa de que hayan sido percibidos”, explicó la dependencia.
Fallas activas. Por su parte, el doctor Víctor Espíndola Castro, del área de Análisis e Interpretación de Datos Sísmicos, dependiente del SSN, reconoció que la extracción de agua del subsuelo, aunado a las grandes construcciones, “podrían ser algunas de las causas de los microsismos, pero el detonante realmente son las fisuras o fallas que hay en el subsuelo, presentes en gran parte de la capital, sobre todo en las alcaldías de Miguel Hidalgo y Álvaro Obregón”, señaló.
El experto recordó que en la Cuenca del Valle de México hay gran cantidad de fallas activas donde ocurren sismos de diversas magnitudes por el efecto de una perturbación, “en un instante muy pequeño”, donde el movimiento viene por acumulación de fuerza o de energía que al liberarse genera el microsismo.
“Pero, aclaro, un sismo por sí mismo no existe, sino que ocurre por el rompimiento de algo en el subsuelo, por el movimiento de la propia naturaleza. Son perturbaciones asociadas al fallamiento.
“Este tipo de movimientos telúricos ocurren cuando se abren caminos, presas, voladuras con explosivos, en fin, un conjunto de situaciones que generan estos fenómenos. Pueden ser por una serie de motivos asociados por el desplazamiento de las fallas”, reiteró.
Coincidió con la Secretaría de Protección Civil de la CDMX de que estos microsismos “son someros o superficiales, no a ras de suelo, sino de uno a dos kilómetros de profundidad. Aunque he de decir que es relativa la profundidad para la magnitud de un sismo.
“Cuando hablamos de sismicidad profunda, puede ser hasta 300 kilómetros o más. Por ejemplo, el del 19 de septiembre de 2017 fue de 52 kilómetros de profundidad y vean los daños”, dijo el experto.