“Perdí la vista del ojo derecho a causa de los golpes que durante más de 18 años me dio mi esposo”, contó Amanda Mojica Román, de 62 años, vecina de la alcaldía Iztapalapa y quien fue víctima de violencia familiar.
En entrevista con EL UNIVERSAL, Amanda explicó que los últimos años fueron un “calvario” por los golpes e insultos que recibió pues su esposo le decía que “no hacía bien las cosas”.
“En mi cabeza siguen los insultos que me decía como: ‘No sirves para nada’, ‘eres una inútil’, ‘idiota, buena para nada’, y más groserías, las peores que te puedas imaginar. Yo sólo quería que se terminara ese sufrimiento y los golpes que me hicieron daño a mi y a mis hijos”, externó la mujer de la tercera edad.
De acuerdo con su testimonio, su esposo fue policía de la Central de Abasto y lo detuvieron por violencia familiar en 2008; sin embargo, le otorgó el perdón por miedo a que le quitará sus cosas ya que están casados por bienes mancomunados.
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Detalló que la violencia sobre ella también la quería ejercer su hijo mayor por el ejemplo que le daba su padre, pero este se arrepintió de insultarla.
“Tal parece que quería seguir el mismo patrón que su padre, creo que se arrepintió. Incluso quería ejercer violencia sexual contra una de mis hijas, pero no lo permití”, dijo.
Amanda relató que tras una discusión y una serie de fuertes golpes en su rostro con el puño cerrado y cachetadas finalmente perdió la vista. En una visita al médico le dijeron que la retina se había reventado; el daño era reparable mediante una costosa cirugía.
“Desperté y ya no podía ver. Le dije a [mi esposo] lo que me había hecho, pero negaba todo y trató de ayudarme por que tenía nervios y miedo de que yo pudiera hacer algo como meterlo a la cárcel. El expediente clínico casualmente se perdió en mi hogar, hoy lo estamos recuperando del hospital”, dijo.
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Fue hasta hace un año y medio que se acercó al Consejo Ciudadano de la Ciudad de México en su sede en Iztapalapa donde la asistencia jurídica le ayudó a interponer una denuncia y medidas de restricción para que el hombre de 70 años de edad ya no se acercara a ella ni a su hogar.
En abril de este año se definirá si su esposo la tiene que indemnizar por el daño que le infringió durante tantos años, incluida la pérdida de la vista de su ojo derecho.
Con lágrimas y la voz quebrada, Amanda reconoció que enfrentó problemas con el alcohol a causa de esta violencia familiar, ya que dijo que es una situación complicada donde la depresión invadió negativamente sus emociones, pero logró salir adelante.
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De acuerdo con el presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la CDMX, Salvador Guerrero Chiprés, la alcaldía Iztapalapa lidera los casos de violencia familiar en la Ciudad ya que 70% de la denuncias que reciben por ese delito son de esta demarcación.
“La mayoría de los casos de violencia a las mujeres son por esposos con 38%; la pareja, 23%; concubino, 19%, y el novio, 4%”, dijo. Refirió que en la sede del Consejo Ciudadano en Iztapalapa están buscando ayudar a las mujeres con terapia y asesoría jurídica.