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En el mercado Martínez de la Torre, en la alcaldía Cuauhtémoc, la nueva normalidad llegó. Ningún locatario puede trabajar sin cubrebocas, guantes y goggles o careta, pues quien no siga los lineamientos será sancionado con cerrar un día su comercio.
René Rojas, secretario General de la mesa directiva de dicho mercado, comentó que han implementado nuevas condiciones de higiene para trabajar y prevenir contagios por coronavirus.
“Somos más de 600 locatarios, pero tratamos de llevar un control estricto de todas las medidas, desde revisar las entradas y salidas para la gente, hasta las zonas de comida; tenemos espacios reservados para que los empleados coman sin exponerse ni exponer a los demás”, aseguró.
Con la administración del lugar realizaron un reglamento interno que incluye la desinfección de zonas e instrumentos de trabajo, así como establecer puntos de higiene en cada local, y la instalación de barreras plásticas o acrílicas para minimizar el contacto entre clientes y vendedores.
Como parte de la transición hacia la nueva normalidad, el gobierno capitalino dio a conocer los lineamientos, normas, guías y protocolos de protección a la salud que deberán seguir los diferentes sectores para reanudar actividades.
El documento, en el caso de los mercados, establece que es importante seguir con el uso de cubrebocas, el lavado de manos, gel antibacterial, mantener la sana distancia, guardar silencio en espacios cerrados y evitar tocarse los ojos, nariz y boca, antes durante y después de las compras, en el caso de los consumidores.
Dificultades en San Cosme
En el mercado de San Cosme, Alejandra, quien vende frutas y verduras, explicó que es difícil acatar las medidas, al estar instalada sobre la vía pública, pues su local sufrió daños por el incendio del inmueble el pasado 22 de diciembre.
“El lavado de manos tan seguido es difícil, sólo tenemos acceso a una llave de agua para todos y se acaba rápido, tampoco podemos estar lavando la calle a cada rato, pero hacemos lo que podemos”, dijo.
Detalló que en la vía pública todo es más complicado, pues los visitan algunos vecinos con niños y personas de la tercera edad sin ninguna protección. Pese a esto, los comerciantes tratan de seguir con las medidas sanitarias, colocando sus protecciones plásticas, ofreciendo gel y desinfectando el dinero.