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Las mejoras que se han tenido en la calidad del aire durante los últimos 25 años lograron aumentar la esperanza de vida de los capitalinos en un promedio de 3.2 años.
De acuerdo con el Análisis histórico de los beneficios para la salud asociados a una mejor calidad del aire en la Ciudad de México entre 1990 y 2015, también se evitaron 22 mil 500 muertes prematuras.
Leonora Rojas Bracho, doctora en Ciencias de la Salud Ambiental por la Universidad de Harvard, indicó que se detectó que las concentraciones contaminantes afectan en mayor medida a las personas mayores de 60 años, en particular quienes padecen algunas enfermedad crónica
“Infartos al corazón, enfermedad pulmonar obstructiva crónica e infarto cerebral son las tres enfermedades de mayor relevancia en términos de sus impactos por exposición a contaminantes”, precisó.
El estudio, elaborado por la Universidad de Harvard y el gobierno local, destaca que si bien las mejoras en el aire son significativas, aún hay pendientes, principalmente en materia de vehículos pesados a base de diesel.
Rojas Bracho precisó que en la Ciudad circulan 100 mil unidades con estas características, modelos 1985 y posteriores, responsables de la emisión de alrededor de mil toneladas de partículas al año.
“Si nosotros pusiéramos estos controles en cada tipo de vehículo que circula en la Ciudad de México, que son vehículos pesados que utilizan diesel, cada año se salvarían 100 vidas, reduciríamos 950 toneladas de partículas al año. En términos de beneficios de salud serían 250 millones de dólares al año, y el costo sólo es de 93 millones de dólares”, enfatizó la experta.
El jefe de Gobierno, José Ramón Amieva, dijo que ahora el reto es impulsar sistemas de transporte que no contaminen. “Es sabido que para minimizar la contaminación del aire siempre tendremos dos caminos: primero, las alternativas de transporte, que se sustenten en vehículos no motorizados o de motores no contaminantes, y segundo, el tema del tratamiento de los vehículos automotores”, dijo el mandatario.